El programa Jóvenes Construyendo el Futuro pagó 27 millones de pesos a aprendices que ya habían fallecido, estaban inscritos como beneficiarios de otras becas, trabajaban en el gobierno o empresas privadas, o que incluso tenían el cargo de tutores, concluyó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
La principal causa de las irregularidades fue que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) no validó que los beneficiarios cumplan con los requisitos y el objetivo del programa, indicó en su informe de la cuenta pública 2020.
Al revisar la operación de dicho programa, explicó que hubo deficiencias porque no se acreditó que 17 mil 283 personas con el servicio del seguro médico que otorga el Instituto Mexicano del Seguro Social, por el que se pagaron 3 millones 188 mil 700 pesos, correspondieran a beneficiarios, pues no fueron localizados en el padrón.
Además, se realizaron pagos por 351 mil 700 pesos a ocho jóvenes que fallecieron en 2019, es decir, antes de las fechas de pago realizadas en 2020, así como a 30 que murieron entre enero y octubre de ese mismo año.
En tanto, otros mil 315 beneficiarios, a quienes se pagaron 19 millones 604 mil 500 pesos, también formaban parte del programa Jóvenes Escribiendo el Futuro, mientras otros 41, que recibieron apoyos por 153 mil 400 pesos, tenían un empleo en dependencias públicas, y 71 más, a los que se destinó un millón 41 mil 400 pesos, trabajaban en empresas privadas, aun cuando formaban parte del plan de capacitación.
La STPS también entregó apoyos a 252 beneficiarios por 2 millones 218 mil 900 pesos que en las bases de datos de los centros de trabajo se encontraron también como tutores en el mismo periodo de capacitación.
A otros 106 se les pagó un millón 538 mil 400 pesos, pero se localizaron como representantes en el mismo periodo de capacitación, lo cual no está permitido en las reglas de operación del programa.