El desempeño de los hospitales federales e institutos nacionales de salud que han atendido a personas con covid-19 en México debe considerar el momento y la condición que tenían los pacientes al llegar a los nosocomios en 2020. Además de la elevada prevalencia de enfermedades descontroladas (hipertensión, obesidad, diabetes), la población en su conjunto era vulnerable frente a una enfermedad nueva, afirmó Gustavo Reyes Terán, titular de la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad.
Así fue durante el primer año de la pandemia, pero la situación cambió radicalmente en 2021 por la vacunación masiva contra el virus SARS-CoV-2. Si bien persisten los riesgos de complicaciones graves en algunos sectores, ha sido evidente en la cuarta ola de contagios que los resultados han sido diferentes.
De hecho, indicó en entrevista, México es ejemplo mundial por los bajos niveles de hospitalización y letalidad registrada en este último periodo, en el cual ha sido predominante la nueva variante ómicron.
Ha sido de gran utilidad que 90 por ciento de quienes tienen más de 18 años estén vacunados, así como el avance en la aplicación de refuerzos, sobre todo en el personal de salud y adultos mayores.
En referencia al dictamen de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que señaló “las debilidades del sector” en cuanto a infraestructura, equipos médicos y personal, el especialista resaltó que desde el inicio de la pandemia en 2020, el gobierno federal reconoció esas deficiencias heredadas en el sistema sanitario.
Muy pronto se identificaron las necesidades y se presentaron diferentes problemas, y aunque se compraron ventiladores para pacientes críticos, no se contaba con el personal especializado para manejarlos. Aún así, recordó Reyes Terán, se hizo una capacitación intensiva a nivel nacional en este y otros rubros.
También el esfuerzo realizado en la reconversión de hospitales, a fin de contar con las camas para recibir a los enfermos, fue definitivo para lograr que nadie se quedara sin atención médica.
En cuanto al dictamen de la ASF respecto a que la mitad de las personas hospitalizadas murieron por covid-19, el titular de la Comisión Coordinadora planteó que se deben analizar los resultados en cada hospital y cualquier evaluación debe considerar otros factores, en particular si los pacientes llegaban en una condición de tal gravedad que ya no era posible hacer nada por ellos.
También hay que incluir en el análisis la cantidad de personas atendidas, sobre todo en los periodos de mayor transmisión del virus y, por supuesto, no tiene cabida la comparación del desempeño en hospitales públicos con los del sector privado. “El alud estaba de este lado”, afirmó.
Reyes Terán insistió en la carga de enfermedades crónicas que encontró el coronavirus en México, entre otros, 30 millones de personas con hipertensión arterial, de las cuales la mitad lo desconoce. La otra mitad toma algún tratamiento, pero sólo una pequeña proporción mantiene bajo control el padecimiento. Lo mismo ocurre con diabetes, dislipidemias, el sobrepeso y obesidad, males que incrementan el riesgo de complicaciones graves y muertes por covid-19, sostuvo.