Ciudad de México. Son seis complejos personajes que, en distintos tiempos y espacios, “rompen los paradigmas y reglas para encontrar una manera de hacer familia y estar en el mundo”.
En la comedia negra El viento en un violín, que se estrenará el 2 de marzo en el teatro Milán, se entretejen “historias de seres buscándose la vida, y se muestra al amor que lo atraviesa todo, que todo lo permite, lo bueno y lo malo”, explicó el director Cristian Magaloni.
“No hay reglas para vivir la vida, y en el sinsentido de ésta, uno puede encontrar su lugar y paz”, agregó.
Acerca de la obra, Magaloni destacó que “está magistralmente escrita, pues nos acerca a personajes que viven en el límite de la cordura y desean desesperados acercarse el uno al otro. Es un texto que habla sobre la necesidad de encontrar nuevas formas de vincularnos para afrontar un poco más serenamente la locura que nos rodea”.
La obra, del argentino Claudio Tolcachir, aborda “la historia de dos familias: una de clase alta y otra de estrato bajo, bastante disfuncionales, aferradas a una manera tradicional de hacer las cosas y que buscan formas locas de volver a encontrarse en este mundo. Sobre todo, se habla de la maternidad, de la relación entre madres e hijos, los límites y sobre cuánto puedes cuidar a tus hijos o cuándo ya es excesivo y hasta sobreprotector”.
Incluso, se aborda “el tema sobre la obligación de ser madre, así como el concepto de familia, el cual se expande cada vez más, porque los roles cambian, lo cual propicia una reflexión”.
Las historias, contó el también actor y dramaturgo, “están centradas en la casa de las personas de clase baja, una pareja de chicas y su madre. Pero una de ellas tiene una enfermedad terminal y quiere tener un hijo; sin embargo, no hallan opción para hacerlo. Entonces deciden ir a una fiesta y buscar a un chico que concrete el embarazo”.
Otra de las tramas “es la de un joven de clase alta, cuya madre es triunfadora en el mundo de los negocios; la relación de ambos es disfuncional, además de que el hombre está sobreprotegido, no termina la carrera, no le gusta nada, salvo jugar videojuegos y fumar mariguana”.
En el montaje, precisó el director, “se cuestionan los límites de los actos, pues las chicas violan al joven, pero la reflexión oscila en cómo lo encaran los tres de maneras diferentes. Además el abuso sexual está puesto en un lugar muy incómodo, pero expuesto con mucho humor”.
Sobre los personajes, Cristian Magaloni señaló: “Están llenos de complejidades; son egoístas, enfermos, que están perdidos en la vida, pero a la vez son entrañables y muy oscuros”.
Para dar vida a esta potente historia, integran el reparto Mercedes Hernández (Mecha), Mahalat Sánchez (Dora), Assira Abbate (Lena), Roberto Beck (Santiago), Ari Sacristán (Celeste) y Daniel Mandoki (Darío). La adaptación es de Jimena Emme Vázquez, la escenografía e iluminación son de Jesús Hernández, el vestuario de Giselle Sandiel y la musicalización está a cargo de Daniela Mandoki.
El viento en un violín, “una historia en la que no se sabe si reír o llorar”, se presentará los miércoles del 2 de marzo al 18 de mayo a las 20:45 horas en el teatro Milán, ubicado en Lucerna 64, colonia Juárez.