Ciudad de México. El pleno del Congreso capitalino reformó la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes para prohibir los castigos corporales y humillantes al advertir que existe evidencia científica sobre los efectos dañinos de ese tipo de medidas disciplinarias.
Esos castigos afectan la autoestima y dignidad de los menores, al contribuir al desarrollo de conductas agresivas y en su vida adulta hacia su cónyuge e hijos, así como a comportamientos antisociales y una mayor propensión a las adicciones, entre otros.
El dictamen a la iniciativa que promovió la diputada de Morena, Guadalupe Morales Rubio, se aprobó por unanimidad de los 43 legisladores presentes en el pleno y establece la obligación de las autoridades de promover y difundir medidas de disciplina adecuadas.
La presidenta de la Comisión, Polimnia Sierra Bárcena, explicó que la medida no pretende penaliza, ni criminalizar a las madres, padres o tutores de los menores y adolescentes.
Establece como una obligación del gobierno y las alcaldías tomar medidas para prevenir, atender, investigar, perseguir y sancionar el castigo corporal y humillante.
La reforma incorpora a la legislación local el concepto de castigo corporal o físico como el acto “en el que se utilice la fuerza física, incluyendo golpes con la mano o con algún objeto, empujones, pellizcos, mordidas, tirones de cabello o de las orejas, obligar a sostener posturas incómodas, quemaduras, ingesta de alimentos hirviendo u otros productos o cualquier otro acto que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve”.
En el caso de castigo humillante, lo define como “cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, ridiculizador y de menosprecio, y cualquier acto que tenga como objetivo provocar dolor, amenaza, molestia o humillación”.
Confiere al Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) la responsabilidad de promover y difundir medidas disciplinarias adecuadas, las cuales deberán ser elaboradas con la participación de menores y adolescentes.