El equivalente a la mitad de 512 mil 710 pacientes atendidos en hospitales públicos en 2020 por covid-19 murió, de acuerdo con datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), cuyo informe de la cuenta pública de ese año apunta a que la pandemia mostró la fragilidad del sistema público de salud, que tuvo deficiencias en la recopilación y procesamiento de datos, estadísticas de mortalidad, vigilancia epidemiológica y en capacitación de recursos humanos, entre otros temas, por lo que –recomendó– es indispensable hacer correcciones ante la posibilidad de futuras emergencias semejantes a la actual.
Para la ASF, si bien esta enfermedad era desconocida y no se contaba con vacunas para prevenirla, sí se pudo prever el modo de aminorar la pérdida de vidas y las consecuencias económicas, con medidas para frenar la velocidad de propagación y evitar la saturación de los sistemas de salud.
Con la evidencia recabada de los 11 informes de auditoría de desempeño, la ASF determinó que es necesario continuar con la atención de las debilidades del sector, como la insuficiencia de diagnósticos específicos e integrales sobre la infraestructura física, el equipamiento médico y los recursos humanos, que permitan determinar la suficiencia de los recursos disponibles, las condiciones en que éstos operan y su distribución.
El informe señala que el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, el Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y los institutos nacionales de salud, hospitales federales de referencia y regionales de alta especialidad atendieron y, en su caso, hospitalizaron a 512 mil 710 pacientes por covid-19 y reportaron 251 mil 130 muertes de pacientes por la enfermedad.
Las auditorías hallaron inconsistencias en los registros en los sistemas de vigilancia epidemiológica de la Secretaría de Salud (Ssa). Respecto a la mortalidad de la enfermedad, la ASF identificó una diferencia de 49 mil 689 muertes entre 125 mil 807 que la Ssa reportó como el acumulado al 31 de diciembre de 2020 y 175 mil 496 que tenía registradas en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Respiratoria Viral.
La ASF detectó que hubo anomalías en almacenamiento de las vacunas anticovid, y observó diferencias en el registro del número de dosis que entraron y salieron del almacén del Instituto Nacional de Cancerología, responsable de resguardar la vacuna de Pfizer. Además determinó que no se dio el seguimiento adecuado al transporte de las dosis de AstraZeneca.
Otra irregularidad fue que el Operativo Correcaminos, encargado de las operaciones de recepción, almacenaje, traslado y distribución de los biológicos, no consideró la participación de Birmex, de Cancerología ni del Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos, a pesar de que participan en estas actividades.