En el informe general de Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2020 elaborado por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) se reportan inconsistencias en los procesos de licitación para la compra consolidada de bienes terapéuticos; asimismo, el organismo fiscalizador de la Cámara de Diputados detectó que la Secretaría de Salud no verificó que las instituciones públicas participantes (secretarías de Marina y Defensa Nacional, institutos Mexicano del Seguro Social, de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y de Salud para el Bienestar y Petróleos Mexicanos, así como hospitales, institutos y centros comunitarios de salud) presentaran la totalidad de los documentos requeridos para concursar en las licitaciones. Además, no se atendió a cabalidad la necesidad total del abasto de bienes terapéuticos solicitados por el conjunto de instituciones del sector salud.
El reporte de la Auditoría afirma que la falta de documentación en dos contratos permite presumir un probable daño o perjuicio a la Secretaría de Hacienda por un millón 71 mil 272 pesos. Las irregularidades en los procesos de adquisición de los diversos insumos que requiere el sector salud, y que cubren una gama que va desde medicinas, equipos médicos y material de curación hasta mobiliario y material de oficina deben ser esclarecidas y, en su caso, sancionadas.
Ello es particularmente necesario en un contexto caracterizado tanto por la escasez de medicamentos que se ha presentado en forma persistente como por la lucha contra la corrupción que se libra en el gobierno federal.
Sin embargo, deben tenerse en mente las circunstancias excepcionales en las que debió desempeñarse la administración del sector en el año referido, en el cual llegó al país la pandemia de covid-19. Cabe recordar, por ejemplo, la angustiosa escasez de materiales de protección que se presentó en el mundo debida al avance de los contagios.
Además de las condiciones extraordinarias en las que el gobierno mexicano realizó las adquisiciones y la distribución de tales insumos; las compras emergentes de ventiladores mecánicos para atender a pacientes que requerían intubación, en un mercado mundial caracterizado por el encarecimiento generalizado y el acaparamiento de tales equipos médicos, o el desabasto de fármacos especializados, como los sedantes requeridos para llevar a cabo los procesos de canalizar la respiración asistida con ventilador.
Otro elemento que debe mencionarse es el hecho que desde el año anterior (2019) las autoridades comenzaron una limpieza de los procesos de compra de medicamentos, los cuales se encontraban afectados por prácticas corruptas y dominados por lo que ha sido llamado el “cártel de las medicinas”, un puñado de intermediarias que se llevaban ganancias desproporcionadas e injustificables.
En términos generales, pues, y habida cuenta de la situación por la que atravesó México en 2020, puede afirmarse que las irregularidades reportadas por la ASF en los procesos de adquisición del sector salud fueron mínimas. Al margen de su escala y monto, es necesario investigar cada peso de los faltantes y de las afectaciones al presupuesto.