En 2021, el valor de las exportaciones de café creció 10 por ciento respecto de 2020 para ubicarse en su mejor nivel desde 2013; sin embargo, éstas están lejos de alcanzar su “etapa de oro” registrada en la segunda mitad de la década de los 90, cuando México se encontraba entre los cinco productores más importantes del mundo, revelan datos oficiales.
De acuerdo con el Banco de México, el año pasado las ventas de café al exterior generaron 483 millones de dólares, cifra superior a los 437 millones reportados en 2020, impulsadas por una mayor costo del producto y no por su volumen. A la vez, el monto es el más alto en los pasados ocho años, sólo superado por los 497 millones de dólares registrados en 2013.
Pese al buen año que anotó la exportación de café, los números están lejos de los de la segunda parte de los 90, cuando eran de entre 700 y 900 millones de dólares anuales. En aquel entonces, de acuerdo con un reporte de la época difundido por la Cámara de Diputados, México era el quinto productor mundial de café, por debajo de potencias como Brasil, Colombia, Indonesia y Vietnam.
Más de 20 años después, México ha perdido protagonismo en el mercado internacional del grano, pues de acuerdo con información de la Organización Mundial del Café, ha caído hasta la novena posición en cuanto a la producción, superado por Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Etiopía, Honduras, India y Uganda.
La caída en el listado se explica por la caída de la producción en México, pues lejos de aumentar, cada año ha disminuido. Según cifras del gobierno federal, en 2000 se producían en el país alrededor de 6 millones 100 mil sacos de café de 60 kilogramos cada uno, mientras que en 2020 (última cifra disponible), se obtuvieron apenas 4 millones de sacos.
Las perspectivas del gobierno federal son optimistas, pues de acuerdo con la Planeación Agrícola Nacional, se espera que en 2030 la producción mexicana de café se haya disparado hasta llegar a los 14 millones de sacos anuales.