El cantante Carlos Gardel (1890-1935) es la imagen del tango; incluso, la juventud hoy quiere y escucha al intérprete de ese género que vive un reverdecer desde los años 90, sostiene el historiador argentino Felipe Pigna, autor de la biografía Gardel, editada por Planeta.
El legendario compositor de Volver “es absolutamente popular en Argentina, es un icono. Uno ve su foto y hay un montón de símbolos que se despliegan, no sólo en Buenos Aires, su ámbito natural, sino en el resto del país”, refiere el también editor en entrevista desde la capital del país sudamericano.
Felipe Pigna agrega que “el tango es una canción popular con mucha profundidad. Viene mucha gente del exterior a aprender a bailarlo. Es una figura icónica, no sólo en Argentina, sino en otros países de América Latina, donde también es muy recordado: Colombia y Cuba; en México también es muy conocida”.
Pigna (Buenos Aires, 1959) recuerda que para escribir el texto escuchó las 890 grabaciones de Carlos Gardel, “una locura, porque grabar en esa época no es como hacerlo ahora: era un sacrificio tremendo, ya que se grababa y se impresionaba en la placa a la vez, con un nivel de calor y de incomodidad tremendos”.
Destaca que su interés en Gardel proviene de su familia, donde se escuchaba mucho tango. “A los dos años ya los cantaba, para alegría de mis abuelos. En mi adolescencia me incliné más por el rock y Carlitos quedó un poco de lado. Después, ya como historiador me lo fui encontrando en muchas instancias.
“El tango te espera”
“Hay una frase muy linda que se dice en Buenos Aires: ‘El tango te espera’; significa que en algún momento te dice cosas y vuelves a encontrarte con él. Eso me pasó en torno a mis 50 años, volví a escuchar a Carlos Gardel y me pareció muy interesante hacer una biografía tomándolo no como un mito, sino como personaje histórico, como realmente es.”
En esa investigación se interesó, dice el autor, por “en qué momento Gardel escribía, qué pasaba en el mundo, cómo lo condicionaba en su elección de repertorio, en sus amistades y en su vida. Es fundamental que la gente se ubique en ese contexto tan interesante que va de 1890, año de su nacimiento, a 1935, cuando tiene el fatal accidente. Ahí pasaron cosas muy importantes para el mundo”.
Refiere que Carlos Gardel fue censurado cuatro décadas después de su muerte en la sangrienta dictadura de Videla. “Tangos como Yira, yira y otros que tenían que ver con la descripción social. Fue un escándalo, y los medios cómplices de la dictadura sacaron editoriales diciendo que era un absurdo. Terminaron dejando sin efecto el veto”.
Felipe Pigna explica que le pareció “muy lindo introducir en el texto mucha poesía tanguera para que sea conocida y para ver por dónde iba la elección del repertorio de Gardel. Tiene una parte muy importante de tango social, que habla de la posición social de los sectores postergados, de los obreros y las obreras, las huelgas y las luchas populares, así como gran cantidad de tangos vinculados con el amor”.
Refiere que el escritor Jorge Luis Borges tenía un “profundo vínculo con todo lo que eran las orillas, lo popular; él creció en Palermo, un barrio muy tanguero, y quedó fascinado por esos guapos, orilleros, cuchilleros, malevos, matones y por esos cafés donde se bailaba tango. Hay mucho de eso en su literatura.
“El tango le fascinaba, pero no le gustaba tanto Gardel. Cuento una anécdota de cuando Borges terminó llorando cuando en una universidad estadunidense un colega paraguayo le puso discos de Gardel. Dejó de lado el filtro intelectual y se dejó ganar por el sentimiento.”
“Cada día canta mejor”
El reconocido narrador admitió que parientes le decían “Carlitos cada día canta mejor”, frase que tiene el sentido de que ocurre porque lo podemos escuchar mejor gracias a los sistemas de sonido que se van perfeccionando.
“Pero también hace referencia a que uno va creciendo y entendiendo más. El tango necesita cierta etapa de la vida para ser escuchado, ciertas cosas que te tienen que haber pasado, algún desengaño amoroso, donde lo empezás a ver desde otro lado. En ese sentido, Carlitos cada día canta mejor.”
El investigador señala que Gardel “es un personaje lleno de mitos y leyendas de las que uno como historiador puede dar cuenta, pero decir que no son ciertas. Entonces es como ir desbrozando en una selva. Hay ciertas creencias arraigadas, que no fueron así las cosas, pero la leyenda requiere que sí”.
Por ejemplo, está la historia de su muerte, alrededor del cual se tejieron ideas conspirativas de que hubo atentados, tiroteos, mujeres en medio, odios, que no existieron. “La verdad es que fueron circunstancias desafortunadas, quizá cierta mala praxis en torno a un piloto que no tenía la experiencia necesaria para aviones grandes”.
Felipe Pigna concluye que “sigue habiendo zonas oscuras que no vamos a saber nunca. Hay cuatros años del Gardel adolescente desconocidos, cuando se fue de su casa de aventura con unos amigos y era un anónimo. Es una deuda que tenemos con los lectores, pero va a ser muy difícil, porque no tenemos registro”.