Ramos Arizpe, Coah., En México las élites deberán acostumbrarse a que las mayorías mandan, señaló el presidente Andrés Manuel López Obrador al encabezar la ceremonia conmemorativa del 109 aniversario de la fundación del Ejército Mexicano.
“Poco a poco las élites se tendrán que ir acostumbrando, porque en México mandan las mayorías y se gobierna con honestidad y con justicia”, resaltó.
También, dijo, es necesario destacar que, en estos tiempos de transformación, además del apoyo fundamental del pueblo, hemos contado con la lealtad de las fuerzas armadas. Sin la participación responsable de las secretarías de Defensa y de Marina, no tendríamos los mismos resultados en seguridad, en desarrollo y en bienestar.
El mandatario indicó que “a diferencia de otros ejércitos, el nuestro surgió para oponerse al golpe de Estado que culminó con el asesinato del presidente (Francisco I.) Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, así como para defender la democracia y la legalidad.
“En el ámbito latinoamericano, e incluso en el mundial, las fuerzas armadas de México son excepcionales en varios sentidos:
“Nunca han pertenecido a la oligarquía. Soldados y oficiales vienen de abajo y tienen como origen e identidad el México profundo. Como sostengo siempre, el soldado es pueblo uniformado y por eso nunca traicionará a su gente y siempre será un defensor leal de la libertad, la justicia, la democracia y la soberanía nacional.
“Adicionalmente, desde su conformación a principios del siglo pasado, los institutos castrenses de México han sido siempre fieles al poder civil”, subrayó.
Luego, mencionó que otra importante enseñanza histórica “es que el presidente Madero, también de Coahuila, aun siendo un hombre bueno y querido, no pudo llevar a cabo sus ideales democráticos porque no quiso o no lo permitieron las circunstancias, o no se supo crear una base social, una organización popular que lo respaldara frente a los ataques del grupo de privilegiados que no querían perder sus concesiones y que dominaban a sus anchas durante el Porfiriato”.
Aquella referencia, sostuvo, “nos dejó la lección, nos ha enseñado que para un poder público dispuesto a transformar, no hay mejor aliado –que se oiga bien y que se oiga lejos– que el propio pueblo. Nada se puede esperar de políticos corruptos, de la prensa que se vende o se alquila, de intelectuales convenencieros y de potentados dominados sólo por la codicia.
“La clave está en la frase del presidente Juárez: ‘Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada’.
“Véase nuestro caso. Si no estuviéramos respaldados por la mayoría de los mexicanos, y en especial por los pobres, los conservadores corruptos ya nos habrían derrotado o habríamos tenido que rectificar y someternos a sus caprichos e intereses para convertirnos como eran antes los gobernantes: en floreros o en títeres de los que se habían acostumbrado a robar y a detentar el poder económico y político en nuestro país.
“Sin el apoyo del pueblo tampoco habríamos resistido la intensa campaña en nuestra en contra emprendida desde los medios informativos convencionales y las redes sociales, ni habríamos podido hacer frente a una guerra sucia tan intensa y estridente como la que padeció el presidente Madero”, enfatizó.
Durante su discurso señaló que en la tarea transformadora de su gobierno, los resultados no habrían sido posibles sin la colaboración de las fuerzas armadas y particularmente del Ejército Mexicano, y en ese contexto expresó: “Es necesario destacar que en esta transformación, además del apoyo fundamental del pueblo, hemos contado con la lealtad de la fuerzas armadas”.
Agregó que sin la participación responsable de las secretarías de la Defensa Nacional y la de Marina no se habrían obtenido buenos resultados en materia seguridad.
Anunció que este domingo se darán a conocer cifras de la incidencia delictiva, y que ya se tiene una disminución de los homicidios en el país.