Nadie esperaba semejante resultado. Carlos Cuadras lo describe y trata de disimular la pena. Era la posibilidad para volver a ser campeón de peso supermosca por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Trabajó durante meses para enfrentar a un rival que fue cambiado de último momento al contagiar-se de covid-19.
Ese –dice Cuadras– fue el primer golpe de sorpresa que tuvo que enfrentar. El segundo, una derrota abrumadora por el casi novato Jesse Rodríguez el 5 de febrero en Phoenix. El oponente original para Cuadras era un viejo conocido, el tailandés Srisaket Sor Rungvisai, quien dio positivo unos días antes del combate y el joven estadunidense fue elegido como rival emergente. Carlos no tu-vo opción: aceptar una pelea an-te un desconocido o cancelar lo que esperó con tanta paciencia.
“Me ganó bien”
“Cuando uno lo explica, suena a pretexto y la verdad que ese Jesse me ganó bien”, admite, “pero cuando quiero entender qué pasó, pues claro que yo había preparado una pelea para un rival distinto”.
Cuadras fue derribado por un golpe de Jesse, sin embargo asegura que eso no lo hizo sentir perdido. Cuando avanzaron los episodios y el estadunidense se reveló como una fuerza incontenible, entonces sí el mexicano se dio cuenta que la pelea se le iba de las manos.
En el boxeo caes y debes levantarte, afirma
“Perder así duele, porque hace tiempo que esperábamos esta oportunidad para volver a los primeros planos de la división con los rivales más interesantes y lucrativos. Pero Jesse me sorprendió; ya he caído en mi carrera y siempre me levanto, porque de eso se trata el boxeo”, asegura el pugilista.
No sólo es un reto a la voluntad. Cuadras advierte que después de perder una oportunidad por un campeonato del mundo, se escapa también un turno en la larga fila de los aspirantes. Ahora dice que deberá hacer una o dos peleas, las cuales sirvan para convencer que aún puede ser un aspirante al cinturón en una división donde están figuras como Francisco Gallo Estrada, Román Chocolatito González o el propio Rungvisai.