Yari es una pequeña albina, defensora de la naturaleza. A algunos niños y niñas les da entre miedo y risa convivir con alguien diferente al resto de la comunidad. La pequeña Yari tendrá que enfrentar los prejuicios de la gente que culpa a su condición de piel del deterioro ambiental.
Es el argumento de Ojos de nube, obra escrita y dirigida por Bertha Hiriart, dirigida a niños y niñas a partir de los cuatro años, que empezó temporada ayer en el teatro del Centro Cultural Helénico y continuará los sábados y domingos a las 13 horas.
El relato sucede en Ciudad de las Chimeneas, pueblito azotado por una sequía que, como dice uno de los personajes, ha traído pobreza y sembrado miedo en los corazones de la gente. Un miedo, explicó la autora, que se convierte en superstición; la gente cree, falsamente, que la pequeña Yari es la causante de la sequía por ser albina.
En la actualidad, comentó la dramaturga, “en muchos lugares achacan a las personas albinas poderes especiales, para hacer el mal o el bien; las dos cosas, falsas, porque los albinos son personas comunes y corrientes, sólo tienen una condición genética por la que no producen el pigmento de la piel”.
Al sentirse rechazada por la comunidad, Yari se aísla con su conejo Félix, y encuentra refugio con una bióloga de nombre Muma, su madre adoptiva, quien cultiva árboles y plantas con la esperanza de contrarrestar la sequía de la región.
Yari sabe que dicha aridez se debe a la tala de los bosques, el uso de energías sucias, el mal manejo de la basura y al cambio climático provocado por las personas. Entonces, la pequeña conoce la historia de Félix (un niño alemán que existe en la vida real), quien inició a los 12 años una campaña para plantar un millón de árboles. Yari admira tanto a este chico, que por eso le pone ese nombre a su conejo de peluche.
Ojos de nube es una historia que intenta reflexionar sobre las supersticiones y las falsas creencias, la destrucción de la naturaleza y las acciones que se necesitan para cuidarla, como plantar árboles.
Con iluminación de Roberto Paredes, Marco Loredo en la composición musical, Sofía Padilla en el diseño y la realización de títeres de mesa y de sombra, utilería de Felipe Lara, todos integrantes del colectivo Los Cantores del Confín, Ojos de nube se escenificará hasta el 27 de marzo en el teatro Helénico. (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).