El Callao. La española Repsol afirmó ayer que retiró ya 98 por ciento del crudo vertido en las costas peruanas el pasado 15 de enero durante la descarga del petrolero Mare Doricum, en la refinería La Pampilla. Esta semana, el ministro del Ambiente, Modesto Montoya, aseveró que la trasnacional sólo ha recuperado 2 mil barriles de la naturaleza.
Perú exigió ayer a Repsol limpiar una espuma derivada del petróleo que flota en el Pacífico y que supuestamente mata a las aves que viven en islas contaminadas por un derrame, calificado por la Organización de Naciones Unidas como el “peor desastre ecológico” en la historia reciente de la nación.
En conferencia de prensa nocturna, Montoya dijo que “la empresa no se digna limpiar esta espuma, cosa que nos da mucha tristeza anunciar”. Montoya, un físico nuclear, indicó que la espuma tiene la propiedad de “hacer permeable las plumas, el agua penetra la piel y las aves mueren de hipotermia”.
La firma española atribuyó el derrame al fuerte oleaje causado por una explosión volcánica submarina en Tonga horas antes, y ha presentado un reclamo a la empresa Fratelli d’Amico Armadori, propietaria del Mare Doricum.
“Según los modelos, entre playas y mar no debería quedar más de 2 por ciento del hidrocarburo que se derramó y no debería haber afectación al fondo marino”, afirmó Jaime Fernández-Cuesta, presidente de Repsol Perú. El gobierno calcula que se fugaron 11 mil 900 barriles, pero Repsol afirma que fueron 10 mil 400.
Fernández-Cuesta manifestó que el accidente se produjo por el “movimiento descontrolado del buque, que en aquel momento pesaba más de 110 mil toneladas” y que rompió los sistemas de la refinería para sirven para sujetar los navíos. Repsol precisó que ha completado 79 por ciento de su plan de primera respuesta, que incluye la contención, recuperación y limpieza de áreas afectadas para regresarla a los estándares ambientales de Perú, así como la evaluación durante seis meses del impacto socioambiental. Repsol estima que entre febrero y marzo concluirán el saneamiento.
Unos 2 mil 500 pescadores artesanales no pueden realizar sus faenas por la contaminación de la naturaleza.