Brasilia. La ciudad brasileña de Petrópolis volvió a registrar fuertes lluvias este viernes, tres días después de un temporal histórico que dejó al menos 136 muertos y cubrió barrios enteros de lodo, bajo el cual se estima hay decenas de cuerpos.
El Instituto Médico Legal informó que las víctimas mortales son 81 mujeres y 50 hombres, entre ellos 22 menores. Del saldo, 89 fueron identificados, publicó el periódico O Globo. Además hay 849 desplazados y 116 desaparecidos.
El presidente Jair Bolsonaro sobrevoló ayer la ciudad y visitó brevemente la zona devastada, acompañado de varios de sus ministros. “Vimos una intensa destrucción, una imagen casi de guerra” sostuvo el mandatario. Se defendió de las críticas que suscitó la tragedia, ocurrida por unas lluvias torrenciales en una zona montañosa de construcciones precarias. “No podemos prever todo lo que va a acontecer en 8.5 millones de kilómetros cuadrados (la superficie de Brasil). La población lleva razón a la hora de criticar, pero esto es una región accidentada, no es la primera vez que ocurre una tragedia aquí. Vamos a poner de nuestra parte”, agregó.
Morro da Oficina, uno de los cerros del barrio Alto da Serra, puede considerarse el epicentro de la tragedia, donde 80 casas quedaron sepultadas por la fuerza de los torrentes de lodo que arrastraron automóviles, autobuses con pasajeros y todo a su paso.
“Puede ser que 50 personas estén aquí abajo, desde el martes ya fueron retirados 98 cuerpos”, explicó Roberto Amaral, coordinador del grupo especializado en desastres naturales.
El papa Francisco expresó “sus condolencias” y compartió “el dolor de todos los enlutados o despojados de sus bienes”, en un telegrama en portugués enviado al obispo de Petrópolis, Gregorio Paixao Neto.
El gobierno federal anunció el desbloqueo de una ayuda, que asegura es inicial, de 2.3 millones de reales (440 mil dólares).
Según los expertos, la tragedia es consecuencia de una combinación de factores, entre estos una lluvia en seis horas superior a la media histórica de todo febrero, la topografía de la región y la existencia de grandes barriadas de casas precarias, muchas de ellas construidas de manera ilegal.