Ottawa. En un encuentro tenso pero sin enfrentamientos, la policía canadiense arrestó ayer a más de cien personas y confiscaron decenas de vehículos con remolques como parte de la intervención para desalojar a camioneros, con lo que se cumplió la promesa del gobierno del primer ministro, Justin Trudeau, de retirar a manifestantes que bloquean el centro de esta capital desde hace tres semanas, en protesta por las medidas sanitarias contra el covid.
El jefe de la policía, Steve Bell, informó que los antivacunas “han sido acusados de múltiples y diversos delitos, incluyendo vandalismo”. Bell agregó que la operación avanzaba según lo planeado pero tomaría tiempo.
Los transportistas obstruyeron el libre tránsito en varias vialidades de la capital y en varios puentes que conectan con Estados Unidos en protesta por la exigencia del gobierno de Trudeau de que sólo los choferes que contaran con su certificado de vacunación anticovid tendrían permitido cruzar la frontera. Un tema que ya abrió una preocupación para Washington por una posible crisis de abasto a la industrias a ambos lados de la línea divisoria.
“Tenemos controlada la situación en el terreno y continuamos avanzando hacia el despeje de nuestras calles”, añadió Bell, quien confirmó que no se reportaron heridos.
Cientos de oficiales se desplegaron ante activistas que se negaban a despejar las calles del centro de Ottawa a pesar de las numerosas advertencias y la proclamación del estado de emergencia contra la movilización que fue inspiración de otras en varios países.
Seguridad pública reiteró en su cuenta de Twitter la exhortación a los inconformes: “Deben irse. Debe cesar toda actividad ilegal e inmediatamente deben retirar sus vehículos y/o propiedades de todos los sitios de protesta ilegal. Cualquiera puede ser arrestado”.
Uno de los líderes de la acción de reclamo, el militante de extrema derecha Pat King, fue aprehendido la tarde de ayer cuando abandonaba la ciudad. Su detención fue retransmitida en Facebook.
Otros dos dirigentes fueron detenidos en la noche del jueves y debían ser presentados ante la justicia ayer. Tamara Lich, representante del llamado Convoy de la libertad, está acusada de haber incitado “a delinquir” y Christopher Barber está acusado, además, de desobedecer una orden judicial y entorpecer la labor de la policía.