En 1999, la serie La ley y el orden: unidad de víctimas especiales (UVE) comenzó a transmitirse por la cadena NBC. Siguiendo a los detectives de un departamento de la policía de Nueva York, el programa ha abordado diversos temas inherentes al crimen, como la violencia de género o el abuso sexual. Sin embargo, sus más de 20 años al aire no han pasado desapercibidos, pues tanto su estilo narrativo como el visual han ido modificándose a lo largo de sus más de 500 episodios.
“Uno de los grandes valores de la serie es que fue cambiando su estilo narrativo y visual a lo largo de los años”, señaló el realizador argentino Juan José Campanella, quien desde antes de ganar el Óscar por El secreto de sus ojos en 2009, había ya dirigido varios episodios de La ley y el orden. Ahora, encargado del conmemorativo capítulo 500, Campanella destaca la perspectiva que ha brindado el programa al público masivo.
“Es una serie en la que se habló francamente de muchos temas, que da mucho para discusión”, destacó el argentino. “Se vio desde un montón de aristas lo que es la relación de género, la relación racial, los crímenes de género. Todas las posibilidades, todas las versiones. Generalmente uno lee algo real en el diario, con esa cosa que tiene la realidad, o el documental, que se enfoca en los hechos y no en lo que pasa adentro de las personas; esta serie al ser narrativa, al ser de ficción, nos permite también saber qué es lo que pasa adentro de la persona, cómo sufre esa víctima, o cómo vive ese criminal en un momento privado”.
En 23 años, La ley y el orden: UVE pasó de ser una serie sobre la búsqueda del culpable de un asesinato a una “en la que ahora casi siempre ya sabés quién es el culpable de entrada, y lidia más que nada con las repercusiones emocionales de ese crimen”, dijo Campanella.
Apoyo a los intérpretes
Por el gran aparato detrás de una serie como La ley y el orden, existe poco margen para que los cineastas involucrados puedan aportar ideas o cambios. Campanella, sin embargo, ha podido llevar su manera de trabajar a los sets. En el primer capítulo que dirigió, se improvisó por primera vez la interpretación de una escena. Christopher Meloni, el actor encargado de dicha toma, vio como algo positivo la flexibilidad del argentino y se estableció una buena relación entre ambos.
Para el realizador argentino, la parte de apoyar a sus intérpretes es una de las más importantes en el trabajo de un director de cine. “Hay que hacer que el actor se sienta cómodo y confiado. Porque la verdad es que su trabajo es una labor sin red. Y que muchas veces los actores se cuidan de no caerse y es cuando queda una actuación, para mí, un poquito fría, sostenida, contenida. Y se cuidan porque no tienen confianza”, señaló.
La permanencia al aire del programa, por un periodo de tiempo difícil de alcanzar en los estándares actuales, se debe a las adaptaciones que han ido haciendo. “Han logrado evitar todas las trampas de las series duraderas. Y por supuesto la gran ayuda que es una secuencia que refleja la sociedad, en una comunidad cambiante, no hay más remedio que ir cambiando”, señaló el cineasta.
Campanella considera que la longevidad alcanzada por La ley y el orden radica en que procede de una época anterior al streaming. De acuerdo con él, hace unos años las producciones se centraban más en desarrollar a los personajes que en las tramas. “Generalmente el énfasis ahora está en las historias, incluso la manera en que se arman son: cómo sigue este relato si hubiera dos o tres temporadas; antes esa pregunta no existía”, indicó.
“La gente habla de series, no de películas”
Las nuevas formas de acceso al cine también han generado cambios que para Juan José ya ocurrieron. “En cuanto a la concepción de lo que era cuando me metí a estudiar cine, y lo que despertó mi pasión y eso, ya desapareció. Podemos seguir negándolo pero en algún momento tenemos que aceptar la muerte del ser querido. Ya desapareció. El material interesante se fue a la televisión, la gente en su trabajo habla de series, no de películas”, lamentó.
El ritual de asistir a salas, interrumpido por la pandemia, quedará para Campanella como una opción secundaria. “La experiencia, similar a la lectura de un libro, va a seguir, se va a ir yendo hacia esa dirección. Porque ahora como está funcionando el streaming es como si uno le pagara mensualmente a una editorial y pudiera ver solamente los libros de ésta”, criticó.
Para protegerse de los avances tecnológicos, el argentino ha encontrado refugio en el teatro, actividad que ha desempeñado como escritor y director en algunas ocasiones. “Ahí está mi protección contra las nuevas tecnologías de comunicación, ahí van a tener que venir sí o sí”, dijo.
De acuerdo con Campanella, La ley y el orden es capaz de continuar mientras la actriz Mariska Hargitay así lo desee, “porque el público y los guionistas no se cansan y, los productores aparentemente tampoco. Así que depende de Mariska, que tampoco muestra ningún signo de estar cansándose”, estimó.
La temporada 23 de La ley y el orden: UVE ya está disponible en Latinoamérica por medio del canal Universal TV.