Moscú. Rusia se reservó el derecho de tomar medidas técnicas y militares –sin precisar cuáles y cuándo– para contrarrestar las amenazas a su seguridad que, en su opinión, ante la negativa de Estados Unidos y la OTAN a sus exigencias esenciales, como no ampliar la alianza nora-tlántica, no instalar armas ofensivas cerca de su frontera y desmantelar la infraestructura militar a niveles de 1997.
El embajador estadunidense en Moscú, John Sullivan, recibió ayer el texto de 11 páginas de las que consta la réplica rusa a su propuesta inicial de suscribir dos tratados con garantías vinculantes, que hizo del dominio público vulnerando la confidencialidad inherente a la diplomacia como forma de presión adicional. Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atántico Norte (OTAN) hicieron lo propio y su respuesta se filtró en el periódico español El País. El Kremlin difundió ahora el texto completo vía dos agencias noticiosas locales.
La cancillería rusa constata que “Washington no dio una respuesta constructiva sobre garantías de seguridad”. Señala que “la retórica de la Casa Blanca refuerza nuestras dudas legítimas de que estén comprometidos con solucionar la situación de la seguridad europea y ante la falta de disposición a alcanzar un acuerdo con garantías vinculantes, nos vemos obligados a tomar medidas, incluidas las de carácter técnico y militar”.
El documento enumera las preocupaciones y quejas que han expresado, casi a diario, el presidente Vladimir Putin, el canciller Serguei Lavrov y otros funcionarios moscovitas desde que se hizo pública la respuesta a los aliados de Occidente. En un apretado resumen, Rusia sostiene en el texto:
“En su respuesta, Estados Unidos se refiere sólo a temas que le son cómodos y trata de enredarlos en su beneficio. No hay ninguna ‘invasión’ a Ucrania y no tenemos planes de atacar a nadie. El ingreso de Kiev a la OTAN encierra el riesgo de provocar una guerra Moscú-Washington-OTAN. La Casa Blanca exagera la situación, siembra alarmismo para devaluar las propuestas rusas sobre seguridad. Crimea es parte de Rusia y punto. El conflicto del este de Ucrania es un problema de los ucranios, y para resolverlo es indispensable obligar a Kiev a cumplir los acuerdos de Minsk, cesar el suministro de armas, retirar a los asesores e instructores occidentales, no hacer maniobras conjuntas entre sus fuerzas armadas y cualquier país de la OTAN y sacar de Ucrania el arsenal entregado a Kiev. No hay tropas rusas en Ucrania y emplazarlas en nuestro territorio no afecta a Estados Unidos”.
También asevera: “La política de puertas abiertas de la OTAN se contradice con el carácter indivisible de la seguridad, en particular con el compromiso de no fortalecer la seguridad propia a costa de la de otros. Celebramos que por fin Estados Unidos se dé cuenta de la viabilidad de propuestas nuestras, formuladas en los años recientes, pero exigimos que sean negociadas junto con las otras demandas”.
Y muestra su disposición a negociar: “Estamos listos para hablar de misiles de corto y mediano alcance. Las ideas adelantadas por Washington pueden ser discutidas, así como las cuestiones para reducir los riesgos de los vuelos de bombarderos pesados. Les recordamos que nosotros también propusimos reducir esos riesgos respecto de los buques de guerra. El enfoque estadunidense sobre transparencia de las maniobras militares es unilateral, pretende evidenciar sólo la actividad de las tropas rusas. Saludamos la disposición del gobierno estadunidense sobre tomar medidas para evitar que surjan incidentes accidentales, pero este trabajo no puede sustituir la solución de los problemas clave que menciona Rusia.
“Las propuestas de Moscú deben considerarse como un todo sin componentes por separado.”
Dos horas de proyectiles
Mientras Washington y la OTAN digieren la respuesta rusa, el ejército ucranio y las milicias separatistas se acusaron mutuamente de violar ayer el alto el fuego con lanzamiento de proyectiles, durante cerca de dos horas, en varios puntos de la línea del frente.
Aunque este tipo de escaramuzas han sido frecuentes en los ocho años de guerra, desde enero anterior, como acordaron en París los asesores políticos de los líderes del formato de Normandía, existía un alto el fuego, cuya ruptura sólo incrementa la tensión y pone en entredicho la negociación de un arreglo político del conflicto del este de Ucrania.
En otra noticia que no favorece el diálogo, Moscú confirmó ayer que la semana pasada expulsó a Bart Gorman, el diplomático estadunidense de mayor rango después del embajador.
Ante las críticas del Departamento de Estado de que Moscú afecta la relación bilateral, la vocera de la cancillería rusa, Maria Zajarova, aclaró de inmediato que Gorman fue declarado persona non grata por reciprocidad a que Washington expulsó al ministro consejero de la embajada rusa en Estados Unidos.