Por segunda semana consecutiva, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) mantuvo el subsidio de cien por ciento a la gasolina Magna, a fin de contener el incremento en el precio de los combustibles, que se han visto impactados por la tensión en Ucrania y el riesgo de invasión por parte de Rusia.
Para la semana del 19 al 25 de febrero, el fisco extiende el periodo de gracia para la gasolina Magna, con un subsidio de cien por ciento, por lo que dejará de percibir 5.49 pesos por cada litro que se venda en las estaciones de servicio y que cobraría por concepto del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) que aplica a los energéticos.
La gasolina Magna es la de mayor consumo en el territorio nacional, ya que es la que se emplea en alrededor de 82 por ciento del parque vehicular.
Para la gasolina Premium, la más limpia que se comercializa en el país, el fisco redujo ligeramente el aporte, que pasa de 83.49 por ciento la semana pasada a uno de 82.75 por ciento, por lo que dejará de captar 3.83 pesos por cada litro que se expenda en las estaciones formales de abasto.
En el caso del diésel, el apoyo fiscal pasa de 89.64 por ciento la semana pasada, a 88.46 por ciento para la que inicia. Así, Hacienda dejará de percibir 5.33 pesos por litro a través del IEPS.
La medida por parte de Hacienda, que implica una reducción de ingresos al fisco, se toma en momentos de una escalada de los precios del petróleo, que impactan de manera directa en el costo final que los consumidores pagan por los combustibles automotrices, ya que el crudo, al igual que el tipo de cambio y los costos de traslados, son los tres principales factores que determinan el costo de los combustibles.
Las cotizaciones del petróleo se han disparado alrededor de 20 por ciento en lo que va del año, debido a una mayor demanda a medida que las economías mundiales se recuperan de la pandemia de covid-19 y en los días recientes el factor geopolítico ha tensado el mercado y ha llevado en los días recientes los precios del crudo a su mayor cotización desde septiembre de 2014, por el temor a un menor abastecimiento por parte de Rusia, uno de los mayores productores globales de crudo y de gas.