El sábado pasado, Elba Esther Gordillo, quien dirigió 24 años el poderoso sindicato nacional de maestros y aprovechó esa posición para hacerse de una inmensa fortuna, celebró su boda con el abogado Luis Lagunas. La ceremonia tuvo lugar en el jardín Etnobotánico del ex convento de Santo Domingo, en Oaxaca, alquilado para la ocasión. En protesta, maestros disidentes de dicho sindicato causaron destrozos en el inmueble, que fueron reparados de inmediato. Y aquí no pasó nada; vino la fiesta.
El 15 de mayo de 2019, la organización evangélica la Luz del Mundo rentó el Palacio de Bellas Artes para celebrar los 50 años de su líder, Naasón Joaquín García. El escándalo fue mayúsculo y la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, tuvo que asistir a la conferencia mañanera del Presidente para explicar esa renta. Tres semanas después, Naasón fue detenido por trata de personas, abuso sexual, pornografía infantil y violación de menores.
La renta del jardín Etnobotánico para esa boda es grave, pues ofende su historia. El ex convento dominico fue construido en los siglos XVI y XVII. Desde mediados del XIX y hasta 1994 sirvió de cuartel. El Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Natural y Cultural de Oaxaca, fundado por Francisco Toledo, propuso entonces convertir las dos y media hectáreas del huerto del ex convento en jardín etnobotánico.
El pintor y mecenas contó para esa tarea con la decisiva participación del maestro Luis Zárate, quien se ciñó a “reglas sencillas”: no construir nada que sobresaliera, vincular el ex convento con el jardín y recuperar los “niveles y visuales históricos”. Se abrió al público en 1998, y ahora alberga cientos de especies de plantas originarias de las distintas regiones y ecosistemas de Oaxaca, entidad que alberga la mayor biodiversidad de México.
En el jardín se realizan tareas de investigación, educación y preservación. Posee un vivero, un banco de semillas, un herbario y una biblioteca pública especializada en ciencias naturales, etnobiología y medio ambiente. Se imparten conferencias, cursos y talleres.
Con el fin de obtener recursos, los recintos más importantes del mundo suelen alquilar parte de sus espacios para eventos sociales y culturales importantes. El Etnobotánico lo hace con La Plazuela y el patio El Huaje. Pero ningún sitio emblemático del país debe alquilarse a quienes gozan de pésima fama pública y, peor aún, han violado la ley.