Madrid. El Teatro Real de Madrid estrenó una ópera sobre la España en tinieblas, la que reprimía con brutalidad al disidente, al homosexual, al heterodoxo; la que marcó y fracturó al país en el siglo XX.
El abrecartas, del músico fallecido el año pasado Luis de Pablo, basada en el libro homónimo del escritor Vicente Molina Foix, narra la atribulada historia de la última centuria, la de las “dos Españas” divididas por el culto a la muerte del general que se alzó en armas contra el gobierno de la República, Francisco Franco, para instaurar una dictadura fascista que duró casi 40 años (1939-1976).
El abrecartas es una ópera llena de ironía y de humor, incluso erotismo y sensualidad, pero en la que sobrevuela permanentemente el pesar de la diáspora del exilio, la mutilación de la censura, la claustrofobia de las cárceles y el temor permanente al garrote vil, a la ejecución al alba...
Se trata de la obra póstuma del compositor vasco Luis de Pablo (1930-2021), quien se especializó sobre todo en la creación de bandas sonoras para el cine, pero que en su larga trayectoria creó hasta tres óperas en registros muy distintos.
La que se presenta ahora en la ópera madrileña es la más singular y que se distancia de su estilo habitual, con una clara reivindicación de la vanguardia pero en la que hay una intencionada obsesión por hacer de la música y el libreto lo más inteligible posible.
El origen del libro es en realidad una lectura íntima del propio Luis de Pablo, que devoró la entonces novela titulada El abrecartas, que además había escrito su amigo y colaborador habitual Molina Foix.
En esa obra había, según él, muchos elementos teatrales que la podían convertir en una ópera, ya que el texto es un mosaico de cartas de distintos personajes, algunos verdaderos y otros ficticios, pero sacados de la vida real, que van contando a cuentagotas la historia de un país que sufrió el auge del fascismo, la dispersión del exilio, la dureza de la dictadura y la larga oscuridad de la censura y la represión.
Hay escenas en las que aparecen de forma nítida las llamadas dos Españas a través de grandes nombres de la cultura, como Federico García Lorca, fusilado y ejecutado por el bando fascista en un barranco de Granada; el también poeta Vicente Aleixandre, quien sufrió cárcel y la destrucción de su casa y de su biblioteca durante la guerra civil (1936-1939); el también poeta Miguel Hernández, quien murió encarcelado por el régimen en plena posguerra, lejos de su familia, que sólo tenía para comer pan y cebolla.
En la contraparte, el poeta barcelonés Eugenio d’Ors, una de las máximas autoridades culturales de la dictadura, con actividades que iban desde la presentación de glosas patrióticas para exaltar al régimen y al caudillo hasta la delación de escritores o intelectuales que se salieran del pensamiento único, donde la inculpación era, casi siempre, sinónimo de muerte o cárcel.
Xavier Albertí, director de escena, explicó que durante la obra intentó evocar los espacios mentales de los protagonistas mediante una escenografía que recuerda los antiguos apartados postales en las oficinas de correos para jugar con ellos de manera real y metafórica. “Estamos siempre en un espacio mental, convocados por fantasmas que pueden convivir en una misma cama, pero uno está sentado en ella en México y el otro en Madrid”, explicó.
El abrecartas, producción del Teatro Real, se trata de un estreno absoluto; tendrá seis representaciones con la dirección musical de Fabián Panisello, gran conocedor de la obra De Pablo.
En el elenco vocal figuran Airam Hernández (Federico García Lorca), Borja Quiza (Vicente Aleixandre) y José Antonio López (Miguel Hernández), además de José Manuel Montero, Mikeldi Atxalandabaso, Jorge Rodríguez-Norton, Ana Ibarra, Vicenç Esteve, Gabriel Díaz, David Sánchez y Laura Vila.