Nueva York. Ben Gibbard no buscaba necesariamente música de Yoko Ono cuando fue a comprar discos hace unas décadas. Navegaba la sección “O” y se tropezó con una copia de su álbum de 1973 Feeling the Space.
“No era muy caro y pensé, ‘Sí, le daré una oportunidad a esto. Me siento aventurero’”, recuerda el vocalista y guitarrista de Death Cab for Cutie.
Se lo llevó a casa anticipando algo experimental y desafiante de la artista vanguardista y multimediática que se volvió colaboradora de John Lennon en la vida y el arte, pero encontró algo cálido y encantador.
“A medida que comencé a profundizar en su catálogo, descubrí que sus composiciones eran increíblemente fascinantes. Yoko es, en mi opinión, una de las artistas más brillantes del siglo XX, sin lugar a dudas en todos los medios”, señaló.
Este mes espera que más amantes de la música escuchen su trabajo con el lanzamiento de Ocean Child: Songs of Yoko Ono, álbum de 14 canciones de Ono en versiones de artistas como David Byrne, Yo La Tengo, Sharon Van Etten, Thao, Japanese Breakfast y The Flaming Lips. El lanzamiento, este viernes, coincide con el 89 cumpleaños de Ono.
“Me cuesta creer que cuando la gente escuche esta música se encoja de hombros y se aparte de ella. Creo que es demasiado buena para ignorarla. Creo que desde hace mucho merece una revaluación o, en algunos casos, sólo una evaluación, porque no es que haya habido una gran evaluación en primer lugar”, puntualizó Gibbard.
La oferta incluye a Byrne y Yo La Tengo que interpretan Who Has Seen the Wind?; Deerhoof con No, No, No, y Japanese Breakfast, con Nobody Sees Me Like You Do. Parte de las ganancias del álbum se donará a WhyHunger.
“Este disco es una especie de amalgama de fans de Yoko de la vieja escuela, como yo, David y Yo La Tengo, y luego algunos artistas más jóvenes. Lo que más me enorgullece de este disco es que parece tener una sensación muy intergeneracional”, sostuvo.
Gibbard no conoció a Ono, pero se apoyó en su hijo, Sean Lennon, como intermediario para el proyecto. Este último sugirió el título y proporcionó la imagen de la portada.
El objetivo de Gibbard es simplemente poner la música de Ono frente a la gente.