Desde el pleno del Senado, Napoleón Gómez Urrutia recordó que este sábado se cumplen 16 años de la tragedia de Pasta de Conchos, donde perdieron la vida 65 mineros debido a la “negligencia e irresponsabilidad” de Grupo México, cuyo dueño, Germán Larrea, se negó a rescatar los cuerpos de los trabajadores, en complicidad con “los gobiernos corruptos de Fox y Calderón”, crimen industrial que “sigue impune”.
El senador de Morena demandó que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no rechacen la experiencia de los mineros de Coahuila para recuperar los restos de 63 compañeros que permanecen sepultados en el mineral de carbón.
Antes, en conferencia, el también dirigente nacional del Sindicato Minero denunció que Larrea reinició “la guerra sucia” en su contra, con una campaña mediática que revive el destino de los 55 millones de dólares que se vio obligado a entregar al organismo sindical, recursos que en su mayor parte se dieron a los obreros de Cananea.
Es un tema, subrayó, que Larrea utilizó después del conflicto de Pasta de Conchos para atacarlo y tratar de destruir al Sindicato Minero. Sin embargo, dijo, la mayor parte de los recursos se distribuyó entre los trabajadores, otra se usó para apoyar a los huelguistas de Cananea y otra está congelada por las autoridades hacendarias. Dejó claro que el caso llegó hasta la Suprema Corte, que lo absolvió de toda responsabilidad.
Miente, responde Grupo México
Sin embargo, horas más tarde, Grupo México hizo llegar un comunicado en el que acusa a Gómez Urrutia de “mentir”, de hablar “sobre huelgas que no existen” y de eludir “el pago de 55 millones de dólares, más intereses, que debe a los mineros y sigue reteniendo indebidamente en sus cuentas bancarias”.
El senador de Morena denunció que la tragedia de Pasta de Conchos pudo evitarse, pero los mineros fallecieron por las “nulas condiciones de seguridad”, denunciadas desde años atrás, y por si fuera poco, Grupo México se negó a rescatarlos, para lo que contó con la protección, primero de Fox, y luego de Calderón.
“Una negligencia criminal, una irresponsabilidad, producto de la arrogancia y el descuido de una empresa que se ha caracterizado siempre por llevar destrucción y muerte donde opera”, resaltó Gómez Urrutia. Recordó que los trabajadores fueron abandonados, y al quinto día de la explosión, Grupo México decidió suspender el rescate con el argumento de que los mineros habían muerto, porque la explosión fue de tal magnitud que habían sido calcinados”.
Sin embargo, un año después, dos de los 65 cuerpos fueron sacados de la mina y la autopsia demostró que habían muerto por asfixia, no por carbonización. Eso significa, expuso, que Larrea, Fox y su secretario del Trabajo, el actual senador suplente del PAN, Francisco Javier Salazar, suspendieron el rescate sin saber si estaban aún con vida o los condenaban a muerte.
Ahí siguen, expuso, los cuerpos sepultados y abandonados en el fondo de la mina, y quien ha acumulado una inmensa riqueza a costa de la vida de los mineros “no puede quedar en la impunidad”.