Especialistas en temas educativos destacaron que el nuevo marco curricular y los planes de estudio para la educación básica propuestos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) son un proyecto inacabado, con planteamientos pedagógicos ambiguos y problemas serios en la propuesta para aterrizarlos en las aulas.
En el seminario virtual El nuevo marco curricular para la educación básica a debate, Hugo Casanova Cardiel, director del Instituto de Investigación sobre la Universidad y la Educación (IISUE) y coordinador del encuentro, destacó que entre las preocupaciones que genera la propuesta de la SEP está “cómo hacerlo realidad, si basta con aprobar un nuevo proyecto educativo para que el profesor lo aplique y si se contará con los recursos operativos y financieros para hacerlo realidad, pues, de lo contrario, puede quedar sólo en buenas intenciones”.
Ángel Díaz Barriga, profesor-investigador del IISUE y experto en temas educativos, señaló que se trata de un planteamiento general que “aparece como documento propio de la Cuarta Transformación, lleno de ambiciosas propuestas para modificar la orientación de la educación, pero que requiere ser enriquecido por otras perspectivas de cambio”.
Indicó que el nuevo marco curricular recupera la dimensión pedagógica y didáctica, así como la noción de saberes sin reducir el aprendizaje a logros y competencias. El concepto de aprendizaje, afirmó, tiene importante trasformación. Sin embargo, alertó que es un “proyecto de utopía para alcanzar una educación muy diferente, que reclama mucha exigencia para su puesta en marcha y un cambio de mentalidad en alumnos, profesores, directores y autoridades educativas”.
Pedro Hernández, director de la primaria Centauro del Norte y dirigente del magisterio disidente de la Ciudad de México, destacó que la propuesta curricular de la Cuarta Transformación “se presenta a destiempo” y sin la participación del magisterio de base, el cual tampoco fue convocado a participar en las asambleas para definir el diseño de los libros de texto gratuito, instancias que, dijo, “parecen creadas sólo para legitimar un proceso”.
Destacó que tampoco se señala con claridad que la autonomía docente se debe desarrollar de acuerdo con el contexto de las escuelas y las necesidades de la comunidad ni hay análisis críticos de los procesos de evaluación, además de que no existe ninguna vinculación del nuevo marco curricular con la formación inicial de los maestros y con otros niveles educativos.
En el encuentro –en el que participaron investigadores como Sebastián Plá, Catalina Inclán y Abelardo Carro–, Antonia Candela, investigadora del Departamento de Investigaciones Educativas-Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, destacó que es fundamental contar con el tiempo necesario para desarrollar un currículo que permita un avance de las propuestas de la actual administración, pero recuperando también los aportes de los docentes, otras reformas y la investigación educativa nacional.