París. Francia anunció este jueves la retirada de su operación contra los grupos yihadistas de Malí tras nueve años de presencia, aunque prometió, junto a sus aliados, continuar su lucha en el Sahel ante la influencia creciente de otras potencias rivales.
"Ya no se dan las condiciones políticas, operativas y jurídicas para continuar de forma efectiva su actual compromiso militar en la lucha contra el terrorismo en Malí y, por tanto, hemos decidido iniciar la retirada coordinada", reza una declaración conjunta.
La declaración, firmada por Francia, sus aliados europeos en la operación Barkhane, Canadá y sus socios africanos en el Sahel y en el golfo de Guinea, subraya la "voluntad" de seguir su lucha en la región, "en estrecha coordinación con los países vecinos" de Malí.
El anuncio coincide con una cumbre en Bruselas de líderes de la Unión Europea (UE) y la Unión Africana (UA) sobre una nueva relación con África, un continente rico en materias primas donde China, Rusia y Turquía se libran también a una batalla de influencia.
La retirada de Francia de su ex colonia llega en un contexto de tensión con la junta militar que tomó el poder en Malí tras dos golpes de Estado, a la que se acusa de retrasar la transición y de recurrir a los servicios de la compañía de mercenarios rusos Wagner.
"No podemos seguir comprometidos militarmente con autoridades de facto, cuya estrategia y objetivos ocultos no compartimos", dijo en rueda de prensa el presidente francés, Emmanuel Macron, para quien Wagner busca "defender" a la junta y "sus propios intereses económicos".
Ante la progresión de las fuerzas yihadistas en el norte de Malí, en enero de 2013, Francia, presidida entonces por el socialista François Hollande, decidió lanzar la operación Serval, que permitió recuperar ciudades como Gao y Tombuctú.
Ante este éxito militar, a mediados de 2014, se puso en marcha una nueva operación, Barkhane, para expulsar a los yihadistas vinculados a Al Qaida y al grupo Estado Islámico (EI) de los cinco países del Sahel, Malí, Mauritania, Chad, Níger y Burkina Faso. Para reducir el contingente francés, en 2020, se creó la fuerza especial europea Takuba.
Pero a pesar de las victorias tácticas, el Estado maliense y sus fuerzas armadas no lograron realmente recuperar el control del terreno de manos de los grupos yihadistas. Además, los soldados desplegados enfrentan un creciente sentimiento antifrancés en la región.
La retirada de Barkhane y de Takuba no implica la marcha de la misión de formación de fuerzas armadas que la UE tiene desplegada en Malí (EUTM) ni de la operación de mantenimiento de la paz de la ONU (Minusma), aunque la incertidumbre se cierne sobre ambas.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, indicó que "en los próximos días" tendrá la respuesta de la misión enviada a Malí para verificar con Bamako si la EUTM puesta en marcha en 2013, en la que participa España, puede continuar y en qué condiciones.
El portavoz de la Minusma, Olivier Salgado, reconoció que la decisión tendrá un "impacto" en esta misión de la ONU, que deberá así "adaptarse". Alemania expresó su escepticismo sobre la continuidad de sus soldados en ambas misiones.
Reino Unido anunció por su parte discusiones con sus aliados sobre el futuro de la presencia británica en la Minusma --que también cuenta con efectivos de El Salvador, Guatemala y México--, al reconocer que Wagner está "en la cama efectivamente con la junta" de Bamako.
En total, unos 25 mil soldados se encuentran actualmente desplegados en el Sahel, entre ellos cuatro mil 600 franceses. Según el Estado Mayor de Francia, entre unos dos mil 500 y tres mil continuarán en esa región al término de la retirada de Malí, dentro de unos seis meses.
"Compromiso renovado"
Malí era el corazón del operativo antiyihadista francés en el Sahel. En 2021, Macron ya decidió iniciar una disminución de efectivos, pero la tensión con la junta en Bamako, que a finales de enero decidió expulsó al embajador francés, le obligó a acelerar la reorganización.
Además de reforzar su presencia en el vecino Níger, Francia y sus aliados propusieron sus servicios a los países del golfo de Guinea para ayudarlos a contener a los yihadistas. Una decisión al respecto se espera "para junio de 2022", según la declaración conjunta.
"La lucha contra el terrorismo en el Sahel no puede ser responsabilidad exclusiva de los países africanos", indicó en la rueda de prensa el presidente de Senegal, Macky Sall, que celebró el "compromiso renovado" de sus socios.
A menos de dos meses de las elecciones presidenciales, una retirada forzosa de Malí, donde 48 soldados franceses murieron (53 en todo el Sahel) en nueve años de operaciones, podría asestar un revés a Macron, que debe confirmar aún su candidatura.
Meses después de la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán, que le valió una oleada de críticas nacionales e internacionales al presidente Joe Biden, Macron ha intentado coordinar al máximo la retirada de Malí para presentarlo como una decisión conjunta.
El presidente francés rechazó además "por completo" que la misión francesa en Malí haya sido un fracaso. "¿Qué habría pasado en 2013 si Francia no hubiera decidido intervenir? Se habría producido seguro un colapso del Estado maliense", subrayó.