Arturo Zaldívar, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, presentó su libro 10 años de derechos. Autobiografía jurisprudencial. En su exposición subrayó la necesidad de que el principal compromiso de la SCJN “no sea con la oligarquía, no sea con quienes quieren vernos enfrentados, sino con los derechos humanos de quienes menos tienen y más lo necesitan”. También reiteró que, como letrado, él y su familia soportaron “presiones, amenazas e intimidaciones”, algo que, por lo demás, de tiempo atrás ha denunciado.
En los últimos 10 años, dijo, “avanzamos a pesar de las presiones políticas que hubo (…), apesar del abuso mediático para proteger a los delincuentes que violaban el debido proceso de las víctimas, a pesar de lo que todos saben que ocurrió y que hoy a mucha gente se le olvida. La Corte siguió adelante con su único compromiso de defender los derechos humanos de todas las personas. ¿Dónde estaban los que hoy se las dan de paladines de la justicia y la democracia cuando votábamos estos derechos? ¿De qué lado estaban votando? ¿De qué lado estaban hace 10, nueve, ocho años? ¿Estaban del lado de los derechos o en complacencia con el poder político de entonces?”
En su libro, el ministro Zaldívar documenta “50 de las decisiones más emblemáticas que he propuesto y defendido en la SCJN”, y entre ellas destaca la relativa al incendio de la guardería ABC de Hermosillo (5 de junio de 2009), Sonora, en el que murieron 49 bebés y más de 100 resultaron con lesiones de por vida, cuyos responsables (parientes de Margarita Zavala, la misma que hoy “exige justicia”… para otros casos, desde luego) se mantienen grotescamente impunes casi 13 años después.
El de la guardería ABC es un caso emblemático, no sólo de la impunidad garantizada por Felipe Calderón, a la sazón inquilino de Los Pinos, sino ejemplo claro de las “presiones, amenazas e intimidaciones” denunciadas por Zaldívar, toda vez que este ministro fue responsable de presentar (en junio de 2010) ante el pleno el proyecto de dictamen de lo sucedido en la guardería ABC, mismo que fue condenatorio de la parentela de Margarita Zavala y algunos más. En ese entonces, el presidente de la SCJN era Guillermo Ortiz Mayagoitia, quien se limitó a decir: “hemos hecho lo que la Constitución nos permite; nuestras limitaciones están en el instrumento”, y se quedó fresco como lechuga.
La pandilla calderonista (con Borolas y su secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a la cabeza) ya había presionado, amenazado e intimidado (aunque en algunos casos no fue necesario “convencer” a ciertos letrados por ser incondicionales del inquilino de Los Pinos). ¿Resultado? La mayoría de los ministros de la SCJN (seis de 11) votó en contra de ese proyecto de dictamen, con lo que garantizaron impunidad a los responsables, amén de que cuestionó agresivamente a Zaldívar por tal “imprudencia”. ¿Cómo se le ocurrió defender los derechos humanos de las víctimas, cuando la “orden” fue proteger a los parientes?
Al conocerse el fallo, el secretario calderonista Gómez Mont calificó de “pulcra, puntual y difícil” la decisión de la SCJN, pero el ministro Arturo Zaldívar le reviró: “quienes denigran a las instituciones son los malos servidores públicos, no quienes los criticamos”.
De ahí que el ahora presidente de la SCJN cuestione a más de seis: “¿dónde estaban los que hoy se las dan de paladines de la justicia y la democracia cuando votábamos estos derechos? ¿De qué lado estaban votando? ¿De qué lado estaban hace 10, nueve, ocho años? ¿Estaban del lado de los derechos o en complacencia con el poder político de entonces?”
Y casi 13 años después del incendio en la ABC, los responsables se mantienen impunes.
Las rebanadas del pastel
¡Qué falta de seriedad!, con las ganas que tiene la humanidad de otra guerra. Los rusos no invadieron Ucrania, según anunció el presidente Joe Biden y demás esparcidores de noticias falsas. ¿Será mera propaganda contra el “neocomunismo zarista”? (brillante denominación de Cristina Pérez, imaginativa locutora de la televisión argentina, de ultraderecha, desde luego). La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, solicitó a los medios de desinformación de Estados Unidos y Gran Bretaña que anuncien el horario de las “invasiones” para 2022, porque “quisiéramos planificar nuestras vacaciones”.