La Diccionaria, publicada recientemente, fue realizada como “un sistema que da sentido a nuestras palabras y es una postura teórica, ideológica y metodológica para detonar la reflexión feminista, mencionan Raquel Larson y Ana Negrete, coautoras del libro que será presentado hoy.
Una habitación de todas: Diccionaria de la A a la Z, palabras que tejen ideas feministas para una libertación comunal (Ediciones del Espejo Somos) es un texto basado en el trabajo de la poeta, feminista y docente María Guerra Tejada, fallecida en junio de 2019, y en las memorias de los grupos de reflexión Rosario Castellanos, explican Larson y Negrete a La Jornada.
“María era el eje del taller y la que diseñó toda la metodología. Cuando se va, toda esta experiencia que sistematizó durante años quedó pendiente y nosotras nos pusimos a reflexionar nuevamente sobre lo que había significado su trabajo”, sostiene Ana Negrete.
Se trata de que “distintos grupos de mujeres se pongan a pensar. A lo mejor tenemos posturas muy definidas, pero el abanico es amplio y da pie al debate de ideas. Eso era mucho de lo que María impulsaba”.
La sicoanalista Raquel Larson, hija de María Guerra, recuerda que cuando Ana Claudia Molinari fundó Ediciones del Espejo Somos, las tres autoras recuperaron el trabajo que habían desarrollado durante su participación en uno de los grupos de su madre.
Adelanta que en mayo aparecerá el título La tristeza de las mujeres: una metodología hecha en casa, centrado en “la clínica que hicimos y va a haber en junio la poemaria póstuma que María Guerra dejó. Cuando Claudia Molinari logró darle un texto y una bibliografía a esa Diccionaria, coincidimos en que es el glosario, el índice y la bibliografía de lo que será como un gran libro por entregas”.
Larson sostiene que las tres autoras “quisimos que sea una Diccionaria porque de alguna manera nos define a nosotras en femenino. Es ‘una habitación de todas’ porque un libro siempre será una habitación para nosotras y cuando abres un libro que habla de ti, tener una diccionaria es una libertad y todas sus palabras vienen de una manera nuestra de vivir feministas y femeninas”.
Añade: “nuestro convencimiento, que está metido en ese texto, es que si va a haber transformaciones en los mundos, tiene que ser transversal y que nos toque a todos un poquito de ese bienestar. Necesitamos formar generaciones que eviten el error que en los 60 y 70 aprendimos, que entiendan que sí hay que salir a romper esquemas, pero no con los colegas, los compas o los hermanos”.
Larson relata que “algunas hemos vivido en espacio de gran riesgo y peligro y sé que hay momentos en la noche en que debe haber un lugar donde sólo dormimos mujeres, y eso no es separatismo, sino ciencia básica.
“Probablemente no suceda nada a las cinco de la mañana, cuando viene la guerra o el tipo de la testosterona o entra la policía, porque es distinta la fuerza entre nosotras que cuando estamos dispersadas, siempre seremos el blanco móvil. También ahí lo decimos: las mujeres o nos debemos a los hombres o sentimos que tenemos que cuidarlos o ellos a nosotras.
“Si quitamos –lo que ha sido un principio fundamental de nuestro trabajo comunitario en los pasados 30 años– el elemento de competencia y seducción hasta los nueve, 10 o 13 años de vida de todos los hombres y las mujeres del planeta, aunque ya luego sabremos qué ser, podremos crecer en un espacio seguro, y por eso ‘la habitación de todas’.”
Concluye: “El cuidado incorporado en lo cotidiano es lo importante, es la esencia de nuestro gusto y placer de compartir esto y de esperar que en muchas personas esa semillita germine y se convierta en espacios vivibles, mientras lo invivible vemos qué onda, porque tenemos una sola vida”.
Ana Claudia Molinari, Raquel Larson Guerra y Ana Negrete comentarán hoy Una habitación de todas: Diccionaria, a las 17 horas en el Multiforo Cultural Alicia (Cuauhtémoc 91- A, colonia Roma).