Oussama Khatib, director del Laboratorio de Robótica de Stanford, posa en la isla francesa de Córcega junto a Ocean One K, robot que tiene la capacidad de bucear y recuperar objetos a profundidades adonde a los humanos se les dificulta llegar. Una persona desde arriba puede operarlo mediante retroalimentación de fuerza visual y háptica (táctil), o remplazarlo con una simulación por computadora. En ambos casos, un operador siente lo mismo que la máquina, es decir, la retroalimentación de fuerza háptica, y el aparato hace lo que se le ordena a través de las manos. Ocean One K ha participado en el rescate de un barco del rey Luis XIV que se hundió en 1664 y en la recolección de muestras del volcán Kolumbo, en Santorini, Grecia. Foto Afp