En la reanudación de los foros estatales de cara a la nueva distritación electoral nacional que regirá a partir de la próxima elección, el consejero Ciro Murayama sostuvo que este procedimiento “no tiene ningún sesgo político”. Aseguró que se siguen las determinaciones legales para que a partir de los últimos datos del censo se obtenga la media de habitantes en los 300 distritos (420 mil personas en este caso) para redistribuirlos en las entidades.
El Instituto Nacional Electoral (INE) dio a conocer que de acuerdo con el Inegi, la población del país fue de 126 millones 14 mil 24 habitantes en 2020. Al dividir esta cantidad entre 300 distritos, la media poblacional de cada uno será de 420 mil 47 personas, sin que en ningún caso un estado pueda tener menos de dos distritos. Con ello, el objetivo de la redistritación es que cada diputación represente a un número similar de habitantes
Murayama señaló que a partir de esta fórmula, en el proyecto original hay 20 entidades del país que corren la suerte de Tabasco, donde su población no se modificó en cuanto a su peso en el total nacional, y van a tener el mismo número de distritos que en el pasado. En cambio, hay 12 estados que cambian, ya sea porque su población creció mucho más rápidamente que el promedio del país o lo hizo de manera más lenta.
En contraste las que contarán con uno más son Baja California, Coahuila, Puebla, Querétaro y Yucatán, y con otros dos, Nuevo León. Por otro lado, tendrán menos distritos y, por tanto, diputados, la Ciudad de México con dos, y uno Guerrero, Edomex, Michoacán, Tamaulipas y Veracruz.
“¿Qué es lo que determina cuántos distritos tiene cada entidad? La demografía. No cómo vota la gente, no las preferencias electorales, y eso se debe a razones económicas, de crecimiento y atracción poblacional en ciertas zonas, lo que ocurre también al interior de los estados”, dijo Murayama.