Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso que no dará tiempo de una reforma para la desaparición de organismos autónomos, académicos ponderaron que ello representa una muestra de que el mandatario se dio cuenta de que un cambio de este tipo iba a tener alto costo social y no necesariamente se traduciría en mejora de la calidad o la eficiencia del gobierno.
A la vez, ex integrantes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cuestionaron que el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) sea absorbido por dicha instancia, como se anunció, y defendieron los resultados del instituto.
Sobre la eliminación de organismos autónomos que analizaba el gobierno federal, Manuel Quijano, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, expuso que “iba a significar un ahorro de entre 2 mil 800 y 3 mil puestos de trabajo, pero cada plaza tiene detrás a una familia de unas cuatro personas en promedio. Serían entre 8 mil y 12 mil mexicanos que no sabrían qué iban a comer al día siguiente, y el Presidente debe haberse dado cuenta de eso”.
Se requiere al menos un año de “curva de aprendizaje” para las secretarías encargadas, por lo que sería un proceso que concluiría en el penúltimo año del sexenio y sin garantía de resultados. Destacó que se necesita una reforma administrativa, pero enfocada a la eficiencia, más que al ahorro.
Sobre la integración del IMTA a la Conagua, Fernando González Villareal, primer director de la Comisión, dijo que el instituto no debe competir con empresas de consultoría; su relación con la Conagua debería ser mediante un órgano de gobierno presidido por la comisión y tener clara dependencia de ésta para evitar duplicidades.
Durante un foro de análisis de la medida de fusión, Felipe Arreguín, ex director del IMTA, afirmó que este organismo se estableció “para que estuviera muy cerca de los problemas nacionales”, en los que no se involucró la Conagua. Además, llamó a rescatarlo y reorientarlo; “si se argumentan actos de corrupción, que se aplique la ley, porque los gobiernos requieren de un órgano que los asesore técnicamente para tomar mejores decisiones”.
La integración a la Conagua, consideró la académica Gabriela Moeller, afectaría la generación de conocimiento de vanguardia para dar solución a los grandes problemas globales y nacionales.