Ciudad de México. Un grupo de ciclistas rodó del Senado al Palacio Legislativo de San Lázaro, en busca de que los diputados aprueben en este periodo de sesiones la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, avalada por el Senado el pasado 14 de diciembre.
Antes de iniciar la rodada, explicaron que en la Cámara de Diputados “hay mucha emoción” porque la mayoría de Morena considera la citada ley una “prioridad legislativa”.
“Esto significa que todos los sistemas, la atención pre hospitalaria, los vehículos, la regulación del tránsito, la forma como se diseña y concibe la calle, las reglas carreteras y formas como se gestionan las carreteras, van a poner en el centro la seguridad de las personas”, dijo Areli Carreón, coordinadora de la Coalición Movilidad Segura, que integra a más de 70 organizaciones en 25 entidades.
En nuestro país, aseguró, nunca había existido una ley de estas características, es decir, enfocada a las personas que usan el transporte público. Las regulaciones y la inversión pública se han destinado a los automóviles “que solamente transportan a 30 por ciento de la población. No puede ser que mantengamos al 70 por ciento ignorado y abandonado”.
La rodada fue para pedir a las fuerzas políticas la aprobación pronta de la citada ley que, dijeron, contribuirá a evitar muchas de las 16 mil muertes que ocurren anualmente en siniestros viales.
La nueva ley establece medidas para reducir muertes por accidentes viales y la obligatoriedad del alcoholímetro en todo el país. La nueva ley fija los límites de velocidad, hace obligatorio el uso de cinturón de seguridad, y define reglas para la expedición de licencias de conducir.
Organizaciones civiles han reprochado que la nueva ley dejó fuera temas como la regulación del doble semirremolque y la obligatoriedad del seguro daños a terceros.
Otra ausencia, explicó Carreón, son los recursos para hacer realidad la nueva ley. “Si no los hay, quedará en buenas intenciones”.
Cada año, los siniestros viales causan 16 mil muertes en el país; cuatro de cada diez fallecidos eran peatones.
Pese a la importancia del tema, la convocatoria tuvo escaso eco: partieron de las inmediaciones del Senado diez ciclistas, acompañados de 12 “concertadores” de diversas dependencias del gobierno capitalino.