Tegucigalpa. El ex presidente de Honduras Juan Orlando Hernández fue detenido ayer sin oponer resistencia, luego de que un juez ordenó su captura tras una solicitud de extradición emitida la noche del lunes por Estados Unidos, que lo acusa de vínculos con el narcotráfico.
A tres semanas de que finalizó su segundo mandato consecutivo, Hernández salió de manera voluntaria de su casa, ubicada en la zona residencial de San Ignacio, en Tegucigalpa, e inmediatamente policías, apoyados por agentes de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), le colocaron un chaleco antibalas y lo esposaron de pies y manos.
El secretario de Seguridad, Ramón Sabillón, leyó al acusado la orden de captura y le explicó el resto del protocolo de arresto, tras rodear su vivienda con cientos de elementos policiacos.
El ex mandatario fue trasladado en un vehículo blindado, entre fuertes medidas de seguridad por aire y tierra, a la base del Comando de Operaciones Especiales para realizarle una revisión médica. Después fue llevado a las oficinas de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional para presentarlo ante los medios de comunicación y quedar recluido.
La aprehensión fue ordenada por el magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Edwin Francisco Ortez Cruz, tras ser designado por unanimidad juez natural por el pleno del máximo tribunal del país para analizar el caso. El vocero de la CSJ, Melvin Duarte, explicó que el juez hará una valoración de la información remitida por Washington para decidir sobre la extradición.
La primera audiencia presencial de Hernández se realizará hoy a las 10 de la mañana, informó Sabillón en rueda de prensa, pero no definió el lugar. Señaló que los principales cargos a los que se enfrenta en Estados Unidos son tráfico de drogas, uso de armas para el narcotráfico y asociación delictuosa para usar armas en el tráfico de drogas.
El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, indicó la semana pasada que Hernández fue incluido en julio en un listado de personas señaladas de corrupción, o de socavar la democracia en Centroamérica, por lo que había ordenado las restricciones de visa contra el expresidente.
Fiscales federales en Nueva York habían implicado en repetidas ocasiones a Hernández como cómplice durante el juicio por narcotráfico de su hermano en 2019, alegando que su ascenso político fue alimentado por ganancias del narcotráfico .
Su hermano, Juan Antonio, Tony Hernández, fue condenado a cadena perpetua por cargos relacionados a drogas y armas en marzo de 2021. En su sentencia, el fiscal federal adjunto Matthew Laroche calificó los delitos de “tráfico de drogas patrocinado por el Estado”.
Las imputaciones están basadas, en su mayoría, en declaraciones de narcotraficantes durante un juicio a un hermano suyo en territorio estadunidense. El ex mandatario las ha negado siempre y tuiteó por la madrugada un mensaje de voz en el que dijo estar dispuesto a responder ante la ley.
El proceso puede ser tardado ya que, una vez notificado el imputado, debe pasar un mes hasta la audiencia de presentación de pruebas y la resolución judicial tarda de dos a tres meses más y puede ser, además, apelada, explicó la defensa del ex mandatario en un comunicado.
A pesar de ello, la administración de la presidenta Xiomara Castro celebró el arresto. “Es un éxito, es un hecho histórico”, señaló el ministro Sabillón. “El gobierno ha demostrado firmeza al cumplir la ley”, concluyó.