Ottawa. El premier canadiense, Justin Trudeau, invocó ayer facultades de emergencia para tratar de sofocar las protestas de camioneros que paralizaron Ottawa y bloquearon cruces fronterizos en las últimas semanas.
Al invocar la Ley de Emergencias de Canadá, la cual otorga al gobierno extensas facultades para restaurar el orden, Trudeau descartó el uso de las fuerzas armadas.
En su lugar, el gobierno amenazó con remolcar los vehículos a fin de mantener en funcionamiento los servicios esenciales; congelar las cuentas bancarias personales y corporativas de los camioneros, así como tomar medidas adicionales para afectar su forma de vida y las fuentes de su respaldo financiero.
“Considérense advertidos”, dijo la viceprimera ministra Chrystia Freeland. “Si sus camiones son utilizados en estos bloqueos, se les congelarán sus cuentas corporativas. Se les suspenderá el seguro de su vehículo. Envíen sus camiones a casa”.
Freeland, quien también es ministra de Finanzas, señaló que el gobierno irá tras los sitios web de recaudación de fondos que han sido utilizados para financiar los bloqueos.
Trudeau garantizó que las medidas de emergencia serán por tiempo limitado, enfocadas geográficamente, además de ser razonables y en proporción a las amenazas que se atiendan.
“Estos bloqueos son ilegales, y si usted sigue participando es momento de que se vaya a su casa ahora”, declaró el gobernante después de una reunión virtual con los gobernadores de las provincias.
Durante más de dos semanas, cientos –y en ocasiones miles– de manifestantes a bordo de camiones y otros vehículos han bloqueado las calles de la capital, Ottawa, y asediado al Parlamento en protesta contra los requerimientos de vacunación y otras medidas relacionadas con la pandemia, además de arremeter contra el gobierno de Trudeau.
Miembros de la autodenominada Caravana por la Libertad también han bloqueado varios cruces fronterizos entre Estados Unidos y Canadá, aunque el más importante de ellos, el puente Ambassador que conecta a Windsor, Ontario, con Detroit, Michigan, fue reabierto antier, después de que la policía arrestó a decenas de manifestantes y dispersó un bloqueo de casi una semana que había afectado la producción automotriz en ambos lados de la frontera.
“Ésta es la prueba más grande y severa que Trudeau ha enfrentado”, comentó Wesley Wark, profesor de la Universidad de Ottawa y experto en seguridad nacional.
Previo al anuncio de Trudeau, el premier de Ontario, Doug Ford, anunció que esa provincia abandonará el requisito de presentación obligatoria del pasaporte de vacunación para distintas actividades, uno de los principales blancos de las protestas iniciadas el 29 de enero.
El ambiente entre los manifestantes era mayormente festivo, con música, baile y el sonido constante de bocinas, pero el ruido, la obstrucción y algunos comportamientos afectan al comercio de la zona y enfurece a residentes.
No obstante las quejas y las molestias, la movilización de los camioneros muestra importante impacto, pues según un sondeo, cerca de una tercera parte de los canadienses apoya la protesta.
Los camioneros encontraron apoyo entre los conservadores y quienes se oponen a los mandatos de vacunación anticovid-19 en todo el mundo, aun cuando las medidas se están levantando en muchos lugares.
Las manifestaciones inspiraron movimientos similares en varios países europeos, Australia, Nueva Zelanda e Israel. Algunos camioneros estadunidenses consideran realizar una protesta en marzo.
Bélgica anunció ayer que la policía interceptó 30 vehículos en el contexto de un operativo que busca detener una caravana similar.
Los manifestantes, muchos procedentes de Francia, intentaban dirigirse a la sede de la Unión Europea, en desafío a una prohibición belga para realizar la protesta.
Miles de vehículos se dirigieron a Jerusalén para protestar contra las restricciones para frenar la pandemia.