San Cristóbal de Las Casas. Diez migrantes, entre ellos una mujer, de diferentes nacionalidades se cosieron los labios e iniciaron una huelga de hambre frente al Instituto Nacional de Migración (INM), en la ciudad fronteriza de Tapachula, para exigir a las autoridades mexicanas la entrega de documentos para trasladarse a la frontera norte e ingresar a Estados Unidos.
“Protestamos para que nos dejen llegar a Monterrey y luego cruzar (a Estados Unidos); pero me dieron cita para tres o cuatro meses y yo no tengo dinero para quedarme esa cantidad de días; le pido por favor a las autoridades que nos ayuden”, dijo Rafael Hernández, de Venezuela.
Cientos de extranjeros varados en Tapachula, cumplieron una semana de protestas y reclamos, incluidas marchas, para exigir a las autoridades migratorias solución a su demanda de que se agilice la entrega de visas humanitarias para abandonar la ciudad y dirigirse a la frontera norte u otras entidades para trabajar.
El guatemalteco Patricio Peralta explicó que “llevamos 15 días durmiendo en el parque, con los niños, bajo el agua; nos han cerrado puertas de todos lados”.
Josué David González Peña, de Venezuela, lo secundó: “Tenemos que hacer algo para que nos paren bola; nos mandan como niño chiquito, de un lado a otro y uno haciendo cola aguantando hambre, ¿dónde está la solución que nos están dando?, nosotros lo que queremos es solamente pasar, porque no somos ladrones”.
El director de la organización Pueblos sin Fronteras, Irineo Mújica, quien acompaña a los migrantes, afirmó que los miles de extranjeros varados en Tapachula desde hace semanas o meses decidieron tomar medidas drásticas y realizar protestas “porque las autoridades migratorias realmente no responden, no están resolviendo las regularizaciones migratorias y no quieren dar visas humanitarias”.
“Las protestas sólo han servido para parar un poco las redadas; ya se intentó de todo; diariamente se forman, les dicen que no se manifiesten y les entregan sus visas humanitarias, pero es falso porque no les dan nada”, añadió.
Los migrantes que se cosieron los labios son los venezolanos Josué David González Peña, Góber Eduardo Hernández, Rafael Enrique Hernández Guanina, José Rafael Colmenares Mancilla y Jorgelis Primera, así como los nicaragüenses Ricardo Vargas Jarquín y Wilver Cardenal, además del guatemalteco Patricio Peralta y el africano Guylain Lounangou; uno más no proporcionó su nombre.