La economía y los negocios siempre viven en la incertidumbre. Sin embargo, hay periodos en los que parece que todo marcha sobre ruedas y hay otras etapas, como la actual, en las que todo cambia de la noche a la mañana.
Hay dos temas en el aire que afectarán la economía mundial en el corto plazo: las tensiones entre Rusia y Ucrania, con impacto en los mercados de hidrocarburos y el incremento de las tasas de interés, producto de la expansión monetaria.
A lo largo de la pandemia, en los países ricos se otorgaron créditos a precios de regalo, en algunos casos con tasas reales negativas. Pero esta etapa de dinero barato ya se acabó. En México y Europa las tasas de interés comienzan a subir y en Estados Unidos comenzará el alza a partir del próximo mes, con el objetivo de frenar la inflación.
En términos concretos, si a partir de este año se obtiene un crédito para comprar un automóvil o se cuenta con una tarjeta de crédito que no paga en su totalidad, el préstamo se puede volver impagable.
Lo mismo sucede con los créditos empresariales, si compra una maquinaria, un almacén o materias primas que no pague al contado, el costo del financiamiento subirá, por lo que tendrá que replantearse si vale la pena realizar las nuevas inversiones.
El alza de las tasas de interés es producto del descontrol monetario, sobre todo en los países más desarrollados. En particular en Europa la inflación anual está por encima de 5 por ciento y en Estados Unidos arriba de 7 por ciento, cosa que no había sucedido en 40 años.
Tal parece que la emisión monetaria excesiva de los bancos centrales y los gobiernos para evitar una recesión en medio de la pandemia resultó contraproducente. Los precios de las mercancías aumentan más rápidamente que los salarios, lo que se traduce en una baja del poder adquisitivo de los trabajadores y en mayor pobreza. Además, hay menos recursos gubernamentales para hacerle frente al gasto social y a la construcción de obra pública.
Por ello, no se descarta una próxima recesión, tanto en las naciones ricas como en los países en vías de desarrollo, lo cual será un problema adicional al de la pandemia.