Los Ángeles., Decepcionado, aunque no sorprendido, quedó el director del nuevo documental sobre Kanye West con la exigencia a última hora del rapero de reditar la producción que llevó años de trabajo.
Clarence Coodie Simmons empezó a filmar a su entonces amigo Kanye West en 2001, curioso de saber hasta dónde podría llegar el ambicioso joven músico de Chicago.
El resultado fueron 320 horas de material que registran su trayectoria hacia el estrellato, condensadas en la trilogía de siete horas jeen-yuhs: A Kanye Trilogy, cuya primera parte estará disponible en Netflix.
Sin embargo, después de años de trabajo, West fue a Instagram el mes pasado para exigir encargarse de “la edición final y la aprobación" del proyecto, y poder así estar al mando de mi propia imagen.
“Le dije a Kanye que tenía que confiar 100 por ciento en esta película (...) Él me dijo que confiaba”, comentó Simmons en entrevista. “Así que cuando vi su Instagram, me sentí un poco decepcionado”.
La semana pasada West, que ahora se hace llamar Ye, continuaba presentando exigencias, como que Drake, superestrella del rap, asumiera la narración. Netflix no se ha pronunciado públicamente.
Mientras trabajaba en el proyecto, Simmons tomó medidas importantes para garantizar que West estuviese contento con la producción. En 2005, por ejemplo, desistió de lanzar la cinta como estaba prevista porque el rapero dijo que “no estaba listo para que el mundo viese como era su verdadero yo”, contó el realizador.
Distanciados, Simmons tendría poco acceso a West durante la siguiente década. Pero en una aparente reconciliación, West fue a la proyección del documental el viernes y abrazó a Simmons. “La gente trata de cancelarnos y nos distanciamos”, dijo el rapero a la audiencia.
El documental aborda la salud mental de West, incluido el desorden bipolar por el cual fue hospitalizado en 2016 y en 2020, cuando intentó disputar la presidencia de Estados Unidos.