Heliotropo 37 es el nombre de la retrospectiva con más de 200 imágenes en blanco y negro y una serie en color de la fotógrafa Graciela Iturbide, que se exhibe desde el 12 de febrero y hasta el 29 de mayo en la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo, en París.
Se trata de la primera gran retrospectiva en Francia de la fotógrafa mexicana, para quien la cámara ha servido, ante todo, “como pretexto para conocer la vida y el mundo”.
Alexis Fabry, curador general de la exposición, explicó que preparar Heliotropo 37 tomó cuatro años.
La muestra, que abarca obras que datan de la década de 1970 hasta la actualidad, incluye sus imágenes más icónicas, como las de la serie Juchitán de las mujeres (1989), hasta su producción más reciente, en la que resaltan los visuales abstractos, así como una serie en color creada ex profeso para una exposición realizada en Tecali, Puebla.
Para la muestra en París, la fotógrafa abrió las puertas de su estudio en la calle Heliotropo 37, en la Ciudad de México, obra arquitectónica de Mauricio Rocha, quien a su vez participó en la museografía de la retrospectiva.
Graciela Iturbide es una de las figuras principales de la fotografía latinoamericana. Durante más de 50 años ha creado imágenes que oscilan entre un enfoque documental y una mirada poética, además de que brinda una atención casi espiritual a los paisajes y objetos.
De acuerdo con la Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo, la muestra presenta dos facetas de la obra de Iturbide que brindan una nueva perspectiva de su trabajo.
Ganadora del premio W. Eugene Smith Memorial Fund en 1987, y luego del Hasselblad en 2008 –la máxima distinción de la fotografía– Graciela Iturbide se inició como fotógrafa en la década de los 70 junto con Manuel Álvarez Bravo (1902-2002), a quien acompañó en sus viajes, pueblos y fiestas populares mexicanas. Álvarez Bravo se convirtió en su mentor y compartió con ella su sensibilidad y su enfoque humanista del mundo.
Helitropo 37 presenta gran cantidad de fotografías de personas que conoció y de objetos que llamaron su atención durante sus viajes por México, Alemania, España, Ecuador, Japón, Estados Unidos, India, Madagascar, Argentina, Perú y Panamá, entre 1970 y 1990.
De las series más emblemáticas de ese periodo figuran Los que viven en la arena (1978) para la cual se estableció durante un largo tiempo en la comunidad seri, en el desierto de Sonora, y Juchitán de las mujeres (1979-1989), estudio dedicado a las mujeres y a la cultura zapoteca en el valle de Oaxaca.
La retrospectiva, que permanecerá hasta el 29 de mayo en las instalaciones de la Fundación Cartier, también permite ver el trabajo fotográfico más reciente de Graciela Iturbide, como la serie a color que realizó el año pasado en Tecali, Puebla, sobre la extracción y talla de alabastro y ónix.
Heliotropo 37 incluye producción fotográfica que se ha presentado en pocas ocasiones y que revela el víncu-lo metafísico que une a Graciela Iturbide con los objetos, la naturaleza y los animales, como Naturata, realizada entre 1996 y 2004 en el jardín botánico de Oaxaca.
Entre 2000 y 2010, Iturbide siguió su búsqueda en India e Italia. Fotografió rótulos publicitarios, amontonamientos de zapatos o de cuchillos en las vidrieras de los comercios, antenas de relé ondulando bajo el viento o casas abandonadas invadidas por la vegetación.