Ciudad de México. Los periodistas volvieron a tomar las calles y alzar la voz. Ante la violencia que hoy enfrentan los comunicadores, demandaron justicia y fin a la impunidad en las decenas de crímenes contra el gremio.

Esta noche, unos 300 reporteros, fotoperiodistas, freelancers y colaboradores de medios informativos se manifestaron por segunda ocasión en lo que va del año en la sede de la Secretaría de Gobernación (SG) en reclamo a los tres órdenes de gobierno del esclarecimiento de los asesinatos, desapariciones y demás agresiones; la no repetición de los hechos y un alto a la violencia en su contra. Con lo que se sumaron a movilizaciones en otras ciudades del país.

Una vez más, tuvieron que dejar de lado su papel como periodistas, para asumir el rol adyacente: protagonistas de la información. Se ubicaron frente a cámaras y micrófonos para interpelar el silencio de las autoridades ante la apremiante situación que enfrentan.

En un homenaje simbólico a las cinco voces que ya no podrán escucharse, a las plumas que no podrán escribir más, se montó el mismo número de sillas vacías –cada una flanqueada por velas encendidas— con las fotografías y los nombres de los cinco comunicadores asesinados en el primer mes y medio del año: Heber López Vázquez, Roberto Toledo Barrera, Lourdes Maldonado López, Margarito Martínez Espejel y José Luis Gamboa Arenas.

Censuraron además que sectores que se reivindican con membrete de “sociedad civil” salgan en defensa de comunicadores privilegiados, como Carlos Loret, aprovechándose “con una actitud oportunista” de la crisis real.

Griselda Triana, compañera de vida de Javier Valdez, corresponsal de La Jornada en Sinaloa, asesinado el 15 de mayo de 2017, recordó una frase del también conocido Culichi: “Nada de lutos ni silencios. Dejemos la protesta de utilería y sigamos haciendo periodismo. Hay plazas que nos esperan, calles vacías que esperan nuestros gritos, nuestra dignidad atragantada. Ante la muerte de periodistas, nada de lutos ni silencios. Sigamos haciendo periodismo, encabronados y dolidos, con huevos, para que no nos ganen los malos ni el olvido”.

Galeria: Movilización para exigir cese la violencia contra periodistas

Remarcó que ella es una mujer, madre de dos hijos, que sigue buscando justicia para su compañero que fue privado de la vida por su labor. Una mujer “que observa con horror” cómo se sigue asesinando periodistas. Una mujer que no oculta su coraje por el hecho que el debate sobre la libertad de expresión en algunos sectores “hoy sea más relevante defender a un comunicador (Loret) que actuó (en el pasado) en defensa de los gobiernos en turno”, que indignarse por los recientes homicidios.

En un posicionamiento firmado por más de 300 comunicadores de todo el país subrayaron que “el gremio atraviesa por la crisis más violenta en país desde 2017, cuando aún gobernaba régimen neoliberal”.

Ubicaron que de acuerdo con cifras de organismos civiles, de 2000 a la fecha 150 periodistas han sido asesinados en el país (12 eran mujeres) por motivos relacionados a su labor profesional. De ese total, agregaron, 47 homicidios se dieron en el sexenio de Enrique Peña Nieto y en los primeros tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya suman 30.

Los asesinatos no son el único crimen contra el gremio. También hay desapariciones, hostigamientos, amenazas, campañas de desprestigio desde las más altas esferas del poder –de los tres órdenes de gobierno. Subrayaron que gran parte de estas agresiones provienen precisamente de funcionarios públicos.

No dejaron de lado la precariedad profesional que muchos reporteros enfrentan, extenuantes jornadas de trabajo (mayores a 12 horas), los abusos de parte de sus empresas, bajos salarios y nulos derechos laborales. Situaciones que tienen consecuencias en su salud física y mental.

Convocaron, en fecha aún por definir, a participar en una Asamblea Nacional de Periodistas para analizar la grave situación de violencia que enfrenta el gremio y las formas más convenientes para defenderse y mantener su integridad y seguridad.

“Hoy hacemos visibles la violencia y asesinatos que no quieren ver ni entender las empresas de los medios de comunicación ni el Estado. Pero sobre todo exigir, jutoicia y que no haya más impunidad (…) ¡Basta de simulación en las investigaciones! Es urgente que cese la violencia contra la prensa y que los crímenes no queden sin castigo”, señalaron.

Otro periodista, de la Asamblea Tenemos que Hablar, remarcó que la gran mayoría de los comunicadores en el país no tienen privilegios y desarrollan su trabajo con ética y honestidad para que la sociedad esté informada y develando los movimientos de protesta y denuncia de la corrupción y violencia que asolan a México.

“No somos Carlos Loret de Mola. No tenemos los privilegios que comunicadores que han amasado hoy y siempre, en contubernio con el poder estatal y empresarial, para favorecer intereses económicos por encima de los derechos laborales de trabajadores de los medios. Lo que además nos ha sumido en la precariedad laboral y en la espiral de violencia y muerte que sufrimos todos los días”.

A nombre de los manifestantes dijo que si bien es necesario fijar una postura ante los intercambios cruzados entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y varios comunicadores, “hacemos un llamado a hacer juntos un análisis minucioso de que sectores de poder político y económico han respaldado lo que se comunica no sólo desde Latinus, sino en otros medios de comunicación que han actuado en contubernio con el poder en turno hoy y en otros sexenios para desinformar. Recuperemos la memoria histórica”.

Lamentó la “actitud oportunista” de personajes de medios de comunicación, políticos, empresarios, opinadores y otros “que ahora, como siempre han hecho, se están agrupando para defender sus privilegios. Cuando estuvieron en el gobierno varios de esos actores que hoy lamentan la falta de libertad de expresión, también se asesinaba periodistas en México y también era el país más peligroso para ejercer el periodismo. Y entonces no dijeron ni hicieron nada significativo para resolver la violencia que ya alcanza su momento más terrible”.