Bahía de Banderas, Nay., La laguna El Quelele, principal pulmón de este municipio, con alta presencia de mangle blanco, se encuentra azolvada, con muy poca agua, sin vigilancia y a merced de la voracidad de desarrolladores inmobiliarios, ejidales y turísticos que la asfixian de manera gradual.
Varios hoteles, comercios, fraccionamientos y fincas unifamiliares se acercan cada vez más hacia el cuerpo de agua, convirtiéndose en la principal amenaza para su supervivencia.
Grimex y Flamingos son algunos de los desarrollos inmobiliarios que se edifican en la zona aledaña a la laguna El Quelele.
Ambientalistas y especialistas señalan además la deficiente operación de instrumentos normativos como el plan municipal de desarrollo, que data de 2002 y alienta la anarquía urbana.
En las inmediaciones de la laguna El Quelele se practica además la caza furtiva de cocodrilos de río, conejos, tejones, zorrillos, tlacuaches, armadillos y venados, entre las 205 especies de fauna que existen en la región, además de 104 de flora.
Por las noches se escuchan disparos que buscan acertar en algún venado u otro animal.
José Luis vive cerca de la laguna y ha sido testigo de cómo niños o adultos se llevan cocodrilos pequeños, armadillos y otros animales para comer.
El Quelele es como un paraíso pequeño en medio de una multitud que pareciera no querer ver su belleza; esté conectado con otros dos cuerpos de agua a través de nueve kilómetros de canales denominados La Vejiga y La Cortada.
Entre 2013 y 2014, expertos del Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas elaboraron un diagnostico de ese cuerpo de agua y concluyeron: “Se nota una deficiente operatividad y/o falta de voluntad política del gobierno de Nayarit y del ayuntamiento de Bahía de Banderas para gestionar este recurso natural de nuestro municipio en beneficio de todos”.
Según el estudio, en ese entonces gran parte de la flora y fauna de la laguna todavía estaba intacta. “Se reporta contaminación por coliformes fecales que se atribuye a las descargas de aguas que provienen del arroyo El Tondoroque y el estero El Chino”, este último ubicado en el municipio de Nuevo Vallarta, donde se ubica la zona hotelera y su marina con yates de lujo de empresarios y políticos.
El análisis resalta la importante contribución de la laguna El Quelele para mitigar los efectos del cambio climático y subraya que de sus poco más de 247 hectáreas, 100 pueden utilizarse para actividades turísticas de bajo impacto y para uso recreativo.
Daniel López habita en la reserva de El Quelele y explica que hay especies endémicas y migratorias como el martín pescador, que proviene del Amazonas, en Brasil. “El otro día vi un quetzal café, y el zopilote de El Quelele, que canta en la noche y ríe”, contó.
Agregó que a diario le salen al paso tlacuaches, zorrillos, venados que no huyen al verlo porque ya lo conocen. “Muchos animales ya se acostumbraron a vivir entre la gente”, agregó.
Explicó que en el periodo vacacional de Semana Santa llegan miles de aves. “Hay una semana que día y noche llegan patos pichichines, garzas, espátulas rosadas, garzopetas de todo tipo. Muchos se aparean en la laguna”.
El ambientalista Indalecio Sánchez señaló: “La laguna no está seca, sino que tiene un poco de agua negra; estamos en el estiaje”.
Los ejidatarios de la zona quieren que los indemnicen para ceder los predios, cuando ya se realizó dicho proceso, “y los urbanistas, los dueños de los terrenos, quieren rellenarlos” para construir casas y edificios de lujo en el área que a través de canales se conecta con el estero El Chino y desemboca en el océano Pacífico.
Advirtió que si secan la laguna pasará lo mismo con los canales. “De por sí tienen sólo 40 centímetros de agua y lo demás es lodo, aguas negras y sedimentos. No lo han dragado en 20 o 30 años; necesitan sacar todo ese fango para que el agua de mar entre más fuerte”.
Recomendó poner filtros en canales por los que circulan aguas negras y que van a dar al cuerpo de agua. “Si matan El Quelele se acaba la marina de Nuevo Vallarta, que es el estero de El Chino”, advirtió.
En el camino a El Quelele se observan canales de drenaje que cruzan la carretera 200 y van a dar al área de La Laguna.
Jaime Torres, Guerrero, presidente del Colegio de Biólogos de Nayarit y maestro de la Universidad de Guadalajara, coincide con Indalecio Sánchez en que el principal problema es el azolvamiento.
“Desde hace mucho no se ha hecho un dragado de los cauces que llegan a ella. Todo ese azolvamiento es de los residuos del desarrollo urbano que se está haciendo arriba; son arrastrados por las lluvias y depositados en la laguna”. Por eso, explicó, en esta temporada de estiaje pareciera que está seca.
El docente universitario advirtió, que en Bahía de Banderas, donde gobierna la morenista Mirtha Villalvazo Amaya, no existe protección a los suelos.
“Si autorizan cambios de uso de suelo o un nuevo desarrollo en una pendiente hay que estabilizarlo, porque muchos desarrollos los dejan inconclusos y esa erosión llega hacia las partes bajas y una de ellas es la laguna de El Quelele”, advirtió.