Ciudad de México. La agenda social del gobierno mexicano podría estar seriamente comprometida debido al preocupante aumento del contrabando y la piratería de mercancías.
Esta práctica ilícita propicia que los ingresos a las arcas públicas se vean mermados y, de paso, el desarrollo económico del país se tambalee.
México se encuentra entre los cinco países de América Latina y el Caribe que menor recaudación tributaria tienen, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Mientras que el promedio para esta región es de 22.9% de ingresos que conforman el Producto Interno Bruto, en México este porcentaje apenas llega a 16.5%, así lo indica el informe Estadísticas tributarias en América Latina y el Caribe 2021.
El contrabando en nuestro país es un problema de vieja data que, ante la llegada de la pandemia por coronavirus, se intensificó aún más, generando notables fugas para la Hacienda Pública.
El problema cobra relevancia cuando las propias autoridades admiten que el principal obstáculo para la recaudación fiscal es el contrabando, al grado de que una de cada tres mercancías vendidas en México provienen del mercado ilegal.
La jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, dimensionó este problema al asegurar que “uno de cada tres litros de gasolina y diésel es contrabando. Si vamos a bebidas alcohólicas, el contrabando es 38%. En textiles es de 40%. En zapatos 35%”.
En cuanto al tabaco, el estudio realizado por OxfordEconomics, el comercio ilícito de cigarros en México, señala que uno de cada cinco cigarros consumidos en el país son piratas. Se calcula que las pérdidas para el gobierno mexicano sólo por el contrabando de estos productos llega a 13.5 mil millones de pesos.
El informe también indica que el consumo ilegal ha sido impulsado por "una mayor presencia en cigarrillos sin un código fiscal del SAT", lo que aumenta aún más estas consecuencias financieras. Casi dos tercios de los paquetes de cigarrillos sin este código tributario, señala el informe, se fabricaron localmente.
El monto de impuestos no percibidos por la venta de cigarros pirata para la Hacienda pública equivale a un 15% del presupuesto destinado a gasto social.
Los daños en otros rubros son también escandalosos. Las pérdidas en productos eléctricos se calculan en 30 mil millones de pesos; mientras que la piratería en semillas alcanza los 100 mil millones de dólares.
En octubre del año pasado, Buenrostro aseguró que la expectativa de recaudación por comerció exterior para 2021 era un aumento de 16%. En aquella ocasión, remató afirmando que “cualquier cosa por debajo de esa cifra significa que aumentó el contrabando”.
En este sentido, en enero de 2022, la Agencia Nacional de Aduanas de México informó que el crecimiento de los impuestos recaudados fue menor a lo proyectado, pues apenas superó el 15 por ciento.
Dentro de este panorama, el SAT tuvo que admitir que al cruzar el monto de ingresos de comercio exterior, con los datos del Instituto Nacional de Geografía e Historia (INEGI) sobre operaciones de este rubro y la recaudación de impuestos internos, se “muestra un incremento del contrabando”.
Con lo anterior se confirma que los efectos de la pandemia han venido a agravar todavía más el escenario económico para nuestro país. Y mientras la tendencia en el comercio ilegal y la piratería siga al alza, el horizonte para el desarrollo social de México seguirá oscureciéndose día con día.