Stan Kroenke, propietario de los Carneros, estaba emocionado por recibir el trofeo Vince Lombardi. No muy elocuente, pero conmovido, dijo: “Estoy verdaderamente orgulloso de este equipo y por la ciudad”.
“Los muchachos hicieron lo que esperábamos y nos dieron esta alegría”, enfatizó.
Sean McVay, el entrenador más joven de la NFL en coronarse, fue más expresivo y celebró el trabajo del conjunto.
“Fuimos un equipo que supo cómo jugar”, indicó el coach; “estoy orgulloso por lo que hicieron. A veces hay que sacar lo mejor cuando se necesita y así lo hicimos. Salimos a defender en la última jugada y eso me tiene muy contento”.
Por su parte, Cooper Kupp, el jugador más valioso del encuentro, estaba perturbado por el estallido de emoción y trató de verbalizar lo que vivía en el momento de la premiación.
“Preparamos el partido de la mejor manera”, dijo Kupp; “confiamos en todos. No me siento merecedor de tanto. Estoy agradecido con todos, con el equipo y mi familia, mis entrenadores. No sé qué más decir, sólo puedo agradecer a toda la gente que me ha motivado para crecer, que me retaron y me hicieron ser quien soy”.
Aaron Donald, el responsable de la captura clave de la victoria al final del partido, lloraba emocionado por ganar su anillo de Supertazón, y cuyo retiro es una posibilidad tras este logro.
“He experimentado un gran momento con mis compañeros”, comentó Donald; “levantar el trofeo; este es un equipo que supo superarse y estoy muy orgulloso de todos ellos. Afortunadamente tenemos una gran línea de protección e hicieron un gran trabajo”.
El mariscal de campo Matthew Stafford reconoció que los Carneros tuvieron que sobreponerse a la adversidad y ese tesón los llevó a esta victoria.
“Pese a las lesiones, el conjunto se sobrepuso. Ha habido altibajos y mis compañeros consiguieron mostrarse muy bien aquí. Tengo confianza en todos los que estuvieron en esta victoria. Trabajamos fuerte y los equipos especiales también hicieron su parte”, dijo el mariscal.