En un final cardiaco digno de un Supertazón, los Carneros se proclamaron campeones de la edición 56 al imponerse 23-20 a los Bengalíes de Cincinnati para levantar por segunda vez el trofeo Vince Lombardi, que ganaron hace 22 años.
Cuando parecía que el juego se iba de las manos a los Carneros tras la fallida recepción de Van Jefferson en el centro de la zona prometida, Matthew Stafford lanzó su tercer pase de anotación y halló a su mejor receptor, Cooper Kupp, para dar la sufrida victoria en casa con el título más ansiado por todos en la NFL.
Sean McVay, de 36 años, se convirtió en el entrenador más joven en guiar a un equipo al campeonato de la liga.
La defensiva puso en jaque al mariscal Joe Burrow, quien fue capturado ocho veces; la última, por Aaron Donald, fue la más dolorosa en la agonía del encuentro.
Apenas se daban los primeros minutos en el SoFi Stadium y los dos equipos comenzaron a mostrar sus armas defensivas sin permitir que ninguno se hiciera daño.
Stafford sufrió su primera captura por Trey Hendrickson; sin embargo, el mariscal de Carneros buscó a Cooper Kupp, pero su pase fue incompleto.
En la siguiente serie y por vía terrestre, el conjunto de casa se arriesgó para que Stafford lograra su primer lanzamiento que llegó a las manos de Odell Beckham Jr., casi en el ángulo derecho de la zona de anotación y el extra del pateador Matt Gay (7-0).
Los Bengalíes no se amedrentaron y como no podían por tierra, Joe Burrow mandó un espectacular bombazo a Ja’Marr Chase que atrapó con una mano, pero se tropezó quedando en la yarda 11 de la zona enemiga.
No obstante, Burrow no logró concretar la jugada y su pase fue desviado por Jalen Ramsey ante el asombro de Tee Higgin, quien se quedó con las ganas de dar el touchdown a su equipo.
El equipo dirigido por Zac Taylor rompió el cero con el novato Evan McPherson y su gol de campo de 29 yardas (7-3) casi al finalizar el primer cuarto.
Para el segundo periodo y con un Stafford luciendo su experiencia de 13 temporadas, el conjunto angelino hizo dos engaños que abonaron a su causa. El pasador buscó de nuevo a Beckham y a Darrell Henderson; traían asoleados a los Bengalíes de un lado a otro.
Sin embargo, el mariscal mandó un disparo corto de 11 yardas a Kupp para aumentar la pizarra (13-3), aunque luego fallaron la conversión de dos puntos.
Cincinnati consiguió acortar la distancia con la anotación de Tee Higgins (13-10) gracias al pase del corredor Joe Mixon y también sus aficionados lo celebraron en grande, aunque el festejo fue penalizado luego de que un jugador de la banca ingresó a la zona de anotación y con la toalla golpeó en el casco a uno de ellos.
Cuando menos lo esperaban los Carneros quedaron congelados ante la lesión que sufrió Beckham en el momento en que corría con el balón y cayó tocándose la rodilla izquierda. Fue sacado para revisión médica. Después vino la intercepción a Stafford por parte de Jessie Bates III.
En los últimos segundos, Burrow, quien acumulaba 52 capturas en temporada regular, sumó una más, ante el feroz ataque de los Carneros, la mejor defensiva de la liga.
Al regreso, los Bengalíes salieron con el ánimo por los cielos y lo demostraron con un bombazo de 75 yardas enviado por su mariscal a Higgins (13-17) para dar la remontada. Posteriormente la defensiva hizo añicos a Stafford con la segunda intercepción, ahora de Chidobe Awuzie después de que el balón alcanzó a tocar al receptor Ben Skowronek.
El enojo y la impotencia de los Carneros les hizo perder la cabeza. Aaron Donald empujó a Burrow cuando corría con el balón por la línea derecha; sus compañeros llegaron encarando con golpes al defensivo y los árbitros castigaron a los Bengalíes.
Donald se desquitaría con una oportuna intercepción a Burrow y los Bengalíes no tuvieron más opción con el gol de campo de McPherson, de 38 yardas (13-20).
El pateador de Carneros, Matt Gay, con un gol de campo de 41 yardas, sumó tres puntos (16-20). El partido se puso al rojo vivo y dejó el drama para el cierre, ya que las defensivas de ambos equipos capturaron a Burrow y a Stafford, aunque el mariscal de los angelinos se llevó la peor parte al resentirse de la pierna izquierda.
Sin embargo, no se esperaba que Burrow también sufriera en el arranque del cuarto periodo. Todos se fueron sobre la presa y fue Von Miller el que lo cazó, dejando fuera de circulación al joven mariscal, quien salió del campo en el carrito de lesionados para luego regresar al terreno de juego, donde fue capturado por Donald y esperar el desenlace cardiaco que no favoreció a los Bengalíes.