Mazatlán, Sin., La vida y obra de la intérprete sinaloense Amparo Ochoa fue proyectada en el documental Se me reventó el barzón, con motivo del 28 aniversario aniversario de su muerte. La cinta será difundida en escuelas y universidades públicas para que se recuerde a la artista, considerada parte del patrimonio cultural de la entidad, señaló Juan Avilés Ochoa, director del Instituto Sinaloense.
La película, dirigida por Modesto López y producida por Marta de Cea con apoyo de Procine, aborda la historia de la artista originaria de Culiacán, que se formó como maestra normalista rural y luego se trasladó al escenario para cantar las historias del México marginado.
Amparo Ochoa Castaños falleció el 7 de febrero de 1994 a causa de cáncer. En la cinta refiere que de pequeña quería ser bailarina, pero no tuvo esa oportunidad, porque se crió en el ingenio azucarero Rosales, ubicado en el municipio sinalonese Costa Rica, donde no había escuelas de ballet. También le gustaban las carreras de medicina, biología y las relacionadas con la educación.
Recuerda que fue su padre, Donaciano Ochoa, era un gran bohemio, amante de la música regional; tocaba guitarra y el acordeón, interpretaba las canciones con una voz espléndida. De él heredó su gusto por el canto.
En el documental, la intérprete cuenta que nunca pensó en cantar de forma profesional. Siempre disfrutó la música popular, pegaba la oreja para escuchar a su paisana Lola Beltrán, a Pérez Prado y a Agustín Lara. Le gustaban los sonidos de su tierra y, después de admitir que requería de estudios para continuar con su carrera, ingresó a la Universidad Autónoma de Sinaloa, en Culiacán, para aprender guitarra, solfeo, acordeón. Posteriormente, en la Ciudad de México, en la entonces Escuela Nacional de Música hizo siete años de vocalización.
Fue Óscar Chávez, a quien admiró por sus canciones y actitud ante la vida, lo que le ayudó a fortalecer su concepto de cantautor. Él le ayudó a comprender la tarea de gran responsabilidad que tiene en cualquier escenario para dar al pueblo lo que merece. No fue fácil sostenerse en los programas convencionales que pedían las disqueras, pues le solicitaban determinada forma de vestir o cantar de acuerdo a intereses comerciales.
El hermano de la cantante, Norberto Ochoa, luego de recordar que Amparo, nacida en 1946, fue la última de las hijas menores de 10 hermanos, procreados por Donaciano Ochoa Avendaño, originario de Cósala, y Amparo Castaños Villa, de Badiraguato. La familia fue a vivir a un campo cañero del municipio sinaloense Costa Rica, en 1948, cuando se abrió el ingenio, al padre le ofrecieron un buen trabajo.
El Instituto Sinaloense de Cultura realizó un homenaje a Amparo Ochoa, en el teatro al aire libre Rosario Castellanos, con la presencia de familiares de la intérprete. El documental puede verse completo en la página de Facebook.com.