Para la pintora Magali Ávila, una de las tareas del arte “es la de concientizar. El arte es un trabajo que se hace para transmitir un concepto. Ejerce un poder muy fuerte sobre el espectador”.
Ávila presenta Territorios líquidos, exposición de alrededor de 20 cuadros realizados con encausto y óleo, en el Museo de la Ciudad de México (MCM).
Territorios líquidos (2021) gira en torno al agua, “elemento que tiene que fluir de manera libre para dar vida a la tierra, del mismo modo que nuestra sangre necesita circular por el cuerpo”, detalla la artista.
Es una analogía directa entre el cuerpo femenino y el cuerpo terrestre, como el reflejo de un espejo. La serie es parte del proyecto Cuerpos de agua que comenzó en 2019 en San Miguel de Allende. Con el terremoto de 2017 se cayó la casa donde Ávila vivía en la colonia Condesa, lo que causó que se desplazara en varias ocasiones.
Para efectos de la serie, Ávila se fue a radicar a Tepoztlán, donde trabajó en la montaña. “Viví entre Tepoztlán y Amatlán, en la comunidad de Ocotitlán. Hacía mis caminatas en temporada de lluvia; tuve el privilegio de pasar así parte de la pandemia. Este contacto con la montaña me motivó para desarrollar la serie con la intensidad del agua, del río”, señala en entrevista.
En un principio, la artista pretendió hacer una sola pieza como “pintura expandida” –rebasar los límites de lo dimensional–, por eso todos los cuadros tienen el mismo formato en cuanto a lo lineal. Se trata de contar una historia de manera orgánica, como un solo cuadro pintado en un estudio de Tepoztlán frente a la montaña. Ávila desenrollaba la tela, la pintaba y la cortaba a manera de un juego en el que “se construye y desconstruye”.
En la mitad de la estancia de la exposición en el MCM, Ávila considera cambiar los cuadros de lugar con la idea de recuperar la intención original de la serie.
A primera vista, la obra de Ávila parece abstracta; sin embargo, de repente se deja ver un mapa de México o algún animal. “Siempre parto de una idea figurativa para terminar en la abstracción absoluta. Me gusta la libertad de la abstracción. También el contacto que me da con el cuerpo, porque, físicamente, se requiere de gran fortaleza para manejar las dimensiones de las telas y los materiales. Es allí donde entra un poco el cuerpo. Es una pintura escultórica”.
Ávila trabaja sus telas sobre la pared, no obstante, en el momento de aplicar el encausto caliente, las coloca sobre superficies con la finalidad de jugar con la pintura a manera del action painting (pintura de goteo o de acción). Reconoce que el encausto es una técnica “compleja”, debido a los humos que se producen. Por eso, cuando lo trabaja, ya debe tener en mente lo que quiere hacer. Trabaja el encausto con copal, resina que se emplea para solidificar la cera de abeja.
Territorios líquidos permanecerá hasta marzo de 2022 en el MCM (Pino Suárez 30, Centro Histórico).