El aumento al salario mínimo ha ayudado a contener la carencia alimentaria que afecta a una quinta parte de la población mexicana y que resulta especialmente grave para los hogares dirigidos por mujeres indígenas, indicó el secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), José Nabor Cruz Marcelo.
En entrevista con La Jornada, el experto indicó que los núcleos familiares con jefatura femenina “desafortunadamente tienen un mayor índice de carencia alimentaria”, porque en muchos de ellos las mujeres enfrentan condiciones laborales más precarias, con ganancias de uno o dos salarios mínimos, y además ellas son las únicas proveedoras económicas del hogar.
Dicho escenario es todavía más grave para los hogares dirigidos por mujeres indígenas, pues la cantidad de familias con esta característica que no pueden adquirir alimentos nutritivos y de calidad es de 35.2 por ciento, mientras en el caso de las mujeres no indígenas es de 20 por ciento, indicó Cruz Marcelo.
De cara a esta problemática, los recientes aumentos al salario mínimo han atenuado los efectos de la carencia alimentaria, incluso en momentos en que el precio de la canasta básica ha tenido alzas importantes, resaltó el especialista.
“La política de incremento al salario mínimo ha coadyuvado a que, incluso en estos meses con un gran choque inflacionario, el poder adquisitivo se pudiera robustecer. Ese es un factor que ha permitido que aun con la contracción del producto interno bruto en 2020, no haya pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores del país en términos reales”, dijo.
Otro elemento que ha servido para aminorar la carencia alimentaria han sido los programas del Sistema Nacional DIF, así como el reparto de despensas que ha habido en varios estados y municipios, como en el caso de Quintana Roo, cuya fuerza laboral se detuvo en más de 70 por ciento por los efectos de la pandemia en el sector turístico.
Sobre el presupuesto destinado en 2022 para combatir el hambre, el titular del Coneval señaló que sí ha habido esfuerzos de diversas instancias en este sentido, como lo demuestra el aumento en los fondos de los programas de apoyos alimentarios del DIF, que pasaron de 9 mil millones de pesos en 2021 a 14 mil millones este año.
Aunque destacó que la carencia alimentaria tuvo un “muy ligero aumento, de apenas tres décimas de punto porcentual” en las últimas mediciones, Cruz lamentó que 22 por ciento de los mexicanos sigan padeciendo falta de acceso a la comida, por lo que llamó a seguir reforzando los programas de atención a este sector.
Según Cruz Marcelo, el más reciente incremento al salario mínimo podría dar lugar a una “ligera disminución de la carencia alimentaria, pero el factor más importante será cómo evolucione la pandemia”.