Con poco más de 5.3 millones de alumnos, 215 mil profesores y 32 subsistemas de formación distintos, la aplicación de un nuevo marco curricular común de bachillerato impone múltiples desafíos, desde la infraestructura hasta la capacitación de miles de docentes, reconoció Juan Pablo Arroyo Ortiz, subsecretario de Educación Media Superior.
Pese a ello, aseguró que en el ciclo 2023-2024 iniciará la aplicación en el aula de un nuevo modelo curricular que buscará homogeneizar, durante los primeros tres semestres del bachillerato, los saberes que todo alumno debe adquirir en cuatro disciplinas: comunicación, pensamiento matemático, conciencia histórica y cultura digital.
En entrevista con La Jornada, afirmó que se trata de construir una “base cultural común” para todos los estudiantes y garantizar que puedan continuar con sus trayectos educativos y “transitar de una posición individualista hacia un principio de comunidad e integración solidaria”.
La reforma, que se instrumentará en todos los planteles y subsistemas de educación media superior del país, se desarrollará durante el llamado componente básico, que corresponde a las asignaturas del primer año y medio, lo que permitirá que en los tres semestres siguientes continué la formación del alumno de acuerdo con el tipo de bachillerato que curse.
Luego de que la SEP inició el pasado 25 de enero sesiones de discusión masiva para definir las áreas sustantivas de este marco curricular, en las que se prevén participen, hasta el próximo 14 de marzo, cerca de 70 mil docentes, Arroyo Ortiz señaló que “la reforma no sólo implica replantear los contenidos, como integrar ciencias sociales, ciencias naturales, experimentales y humanidades, sino ver cómo todos los docentes impulsan este cambio”.
Reconoció que uno de los mayores desafíos “es la gran dispersión formativa de los profesores, pues los hay con muchos años de enseñar, otros con 15 o menos años y están las nuevas generaciones”. A ello se suma que los profesores “no son normalistas, sino universitarios que se vienen a enseñar y tienen gran deficiencia en pedagogía y didáctica”.
Al concluir el proceso de consulta, agregó, se emitirá un nuevo acuerdo secretarial hacia agosto o septiembre de este año para definir los aprendizajes del nuevo modelo curricular, el cual, dijo, “será transversal, integral, articulador (es decir, homologará la formación disciplinar básica de todos los tipos de bachillerato), regulatorio y flexible”.