Moscú. “Considero que hay demasiada información sobre una inminente guerra a gran escala iniciada por Rusia… Entendemos todos los riesgos, sabemos que hay riesgos. Si tienen ustedes o cualquier persona información adicional respecto a que habrá una invasión rusa en Ucrania con total seguridad a partir del 16 de febrero, compartan con nosotros esta información”.
Lo dijo ayer –con cierta ironía y ganas de no fomentar los ánimos alarmistas– ante un grupo de periodistas el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, la persona que debería estar más preocupada por la “invasión” que viene anunciando, un día sí y otro también, el titular de la Casa Blanca, Joe Biden, y otros funcionarios de su administración.
“Estamos agradecidos por toda la información que nos proporcionan Estados Unidos y sus aliados. Pero tenemos que analizarla con calma”, prosiguió Zelensky, y concluyó con un llamado a la cordura: “Por ahora, al día de hoy, no hay una guerra a gran escala”.
En un día de intensa diplomacia telefónica, los presidentes de Francia y Estados Unidos llamaron al titular del Kremlin, Vladimir Putin; el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, al canciller ruso, Serguei Lavrov; y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, al ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu.
De acuerdo con lo que los propios participantes en las conversaciones confidenciales han querido que se sepa, en todas las llamadas, de un lado, palabras más, palabras menos, se lanzaron “severas advertencias” a Rusia y se reiteró “el alto precio” que tendría que pagar “en caso de atacar a Ucrania” y, en respuesta, se volvió a mencionar que la “campaña propagandística” sobre la “inminente invasión” de Moscú es una “provocación sin fundamento”.
En cuanto a la conversación de Putin con Biden –desde el punto de vista oficial ruso– se dio en el contexto de “una auténtica histeria” sobre una “inminente invasión” rusa en Ucrania, que incluso obligó a adelantar dos días la llamada que estaba planificada para el lunes, el Kremlin por primera vez ofreció un resumen de Yuri Ushakov, ex embajador en Estados Unidos y actual asesor de política exterior de Rusia, quien durante nueve minutos habló acerca del contenido de la conversación de los mandatarios, que duró una hora, y respondió a tres preguntas de los reporteros de la fuente presidencial.
Ushakov puso el acento en que Biden hizo propuestas que Rusia va a estudiar, muchas ya incluidas en la respuesta a las exigencias rusas en materia de seguridad, pero que de nuevo no tomó en cuenta las tres preocupaciones esenciales de Moscú (respecto a la expansión de la OTAN hacia el Este; el emplazamiento de armamento ante sus fronteras; y el desmantelamiento militar noratlántica a niveles de 1997).
Putin reiteró las exigencias rusas en materia de seguridad y explicó por qué Ucrania “no puede ser miembro de la OTAN”, ya que ello desataría una guerra nuclear ya que Kiev no quiere asumir que Crimea “es parte de Rusia”.
Enfatizó también que Ucrania “no quiere cumplir” los acuerdos de Minsk para un arreglo político del conflicto en el sureste de ese país y expresó su malestar por “las especulaciones falsas sobre una supuesta ‘invasión’ a Ucrania”.
Ushakov terminó relato con optimismo: “El gobernante Putin va a analizar con detenimiento las propuestas que hizo su colega Biden y pronto daremos a conocer nuestra posición”, convencidos de que Rusia y Estados Unidos comparten una gran responsabilidad por la estabilidad global.