Sergio Hernández celebró a lo grande los 100 años de la ganadería de Rancho Seco con dos toros de vuelta al ruedo y un triunfo de Diego Sánchez con un toreo vertical y clásico. Diego transmitió la emoción que vivía a los aficionados cabales que asistimos al festejo.
Por su parte, Gerardo Adame, de tradición familiar, y Gerardo Rivera y José María Hermosillo, con otro estilo, triunfaron también.
Los toros de Rancho Seco no eran los toritos parados, simples, de cada ocho días a los que los toreros embisten, en el recuerdo del toro Pajarito, que lo hizo de tal forma que acabó en los tendidos. Toro que le dio prestigio y fama a Rancho Seco.
Estos toros son de embestidas fuertes, ante esto los toreros tienden a cruzarse a pitón contrario, descolocando al toro, con obvias ventajas.
Todo lo contrario de situarse en la perpendicular del toro. Y es que ligar no es encadenar un pase con otros, sino mantener la continuidad de la faena dominando al toro que definía el torero gaditano Juan Posada.
Tarde triunfal apoteósica para don Sergio Hernández con una vuelta al ruedo al inicio de la corrida y otra en compañía de Diego Sánchez, quien acabó saliendo en hombros, después de convencer a la afición de que en él existe una figura del toreo.
Don Sergio Hernández apostó por los toreros con posibilidades y no por las “figuras” y triunfó.