Luego de disolverse en 1973 la sociedad con Lavoe, a conveniencia porque siguió trabajando como productor y arreglista, Willie conoció a Rubén Blades y en mancuerna con el panameño le dio una vuelta de tuerca al fenómeno salsero aplicando sus experimentos musicales de avanzada a los temas sociales y políticos que escribía Blades, lo que más adelante sería conocido como “Salsa conciencia”.
El éxito de esta mancuerna fue arrasador. Si el tema Pablo Pueblo, contenido en su primer álbum Metiendo mano (1977), fue un éxito, más victorioso fue el segundo disco de la pareja, Siembra (1978), que incluyó los temas Plástico, Buscando guayaba, Maria Lionza, Siembra y el portentoso Pedro Navajas. El álbum Siembra está considerado como un clásico de la salsa. Un antes y después. El más vendido en la historia de este género, con más de tres millones de copias en el mundo.
Luego de tal aventura, Blades y Colón trabajaron las obras Maestra vida I y II, Canciones del solar de los aburridos y The Last Fight, con los que también rompieron niveles de venta.
A la entrada de la década de 1980, Willie Colón y Rubén Blades se separan. Mucho se ha especulado sobre las razones de la ruptura del binomio, aunque ambos artistas han insistido, por separado, que los motivos del rompimiento tuvieron que ver con el interés de impulsar sus carreras en solitario, con nuevas ideas y nuevas perspectivas.
De hecho, Willie Colón ha reiterado en varias entrevistas que la separación fue el resultado de su intención de lanzarse como cantante, gesta que había iniciado en la producción The Good, The Bad and The Ugly (1975), en la que interpretó varios temas y puso a prueba sus ideas progresistas experimentando con otras sonoridades por lo que incluyó en sus arreglos el sonido de trompetas, saxofones, violines, guitarra eléctrica y batería, lo que junto a su distintivo trombón determinó la base melódica de lo que sería más adelante su proyecto artístico en solitario.
En la etapa de solista, Willie elevó su propuesta al máximo renglón de las escenas musicales, sobre todo por su asertividad al hilvanar a su concepto musical la música de Brasil, el flamenco, el funk (que ya lo había practicado antes en El Malo), y el pop rock. De esta proyección destacamos los álbumes: Solo, Fantasmas, Corazón guerrero, Criollo, T iempo pa’ matar, Contrabando/ Especial N°5, Top secret/Legal alien, Color americano, Honra y cultura, Hecho en Puerto Rico, Tras la tormenta (su regreso con Rubén Blades), Demasiado corazón y El malo 2, Prisioneros del mambo, su último disco que salió al mercado en 2008.
En su extenso catálogo como productor musical y arreglista se destacan, además de los realizados para Héctor Lavoe, Rubén Blades y los suyos, los álbumes: ¡ Se chavó el vecindario! There Goes the Neighborhood (1975) con su alter ego Mon Rivera; Solamente ellos pudieron hacer este álbum (1977) el primero de los tres que hiciera con la guarachera de Cuba Celia Cruz, recordado por los temas Burundanga y Usted abusó; Doble energía (1980) junto a Ismael Miranda, que despuntó con el éxito No me digan que es muy tarde; Caribe (1983), de Soledad Bravo que trascendió con Déjala bailar; Salsa en New York (1983) para la cantante boricua Sophy del que se escuchó La inflación y Ella te lo aguanta, y un raro álbum de temas separados llamado Willie Colón & Tito Puente (1993)… además de las colaboraciones con David Byrne, Sting, Amílcar Boscan, Fonseca y Tania Libertad.
A partir de los años noventa su faceta artística dejó paso a una intensa actividad en la vida social y política estadunidense, acorde a su compromiso en favor de la comunidad hispana: así, en 1993 se presentó a las elecciones primarias en el estado de Nueva York; en 1995 se convirtió en el primer hispano que ingresaba en el Consejo Nacional ASCAP (Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores); en 1999 formó parte de la delegación que fue recibida en el Vaticano por el papa Juan Pablo II con el motivo del Jubileo 2000 y en 2004 fue nombrado asistente especial del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, encomienda que lo alejó de los escenarios unos años.
Además de colaborar habitualmente con organizaciones humanitarias como Naciones Unidas y Amnistía Internacional, Willie ha participado también en muchos proyectos y organizaciones solidarias: es el presidente de la Asociación de Artes Hispánicas, y es miembro de la Fundación de Inmigrantes de las Naciones Unidas y miembro fundador del Consejo Hispano de New Rochelle, entre tantos otros títulos.
En lo que respecta a su vida personal, está casado con Julia May Craig, irlandesa, madre de tres de sus cuatro hijos, Diego, Miguel y Antonio, con quien Willie formó un hogar desde 1991. Willie Jr., su hijo mayor, es policía en NuevaYork.
Hoy, a sus 71 años de edad y tras haber sufrido un aparatoso accidente automovilístico del que afortunadamente logró salvar la vida, William Anthony Colón Román se apresta a subir a los escenarios tan luego la situación de pandemia se lo permita.
El concierto de despedida de la Ciudad de México está programado para el 31 de agosto en el Auditorio Nacional.