Madrid. La película dirigida por Fernando León de Aranoa, El buen patrón, se coronó ayer como mejor película en la 36 edición de los Premios Goya, aunque lejos de las cifras de récord que alcanzó con sus nominaciones. De sus 20 candidaturas en 16 categorías se materializaron sólo seis, incluyendo a mejor actor para Javier Bardem, así como mejor director y guion original para Fernando León de Aranoa.
Precisamente León de Aranoa puso la nota crítica cuando recogió su Goya al mejor guion original, dijo: “las primeras notas para este proyecto las tomé hace once o doce años, en plena crisis económica. Y en los años siguientes, las sucesivas reformas laborales que se aprobaron y que tanto daño hicieron a los derechos de los trabajadores, alimentaron y me animaron a escribir esta historia”.
La ceremonia además sirvió para lanzar mensajes de solidaridad a periodistas asesinados en Burkina Faso, David Beriaín y Roberto Fraile, así como a las dos mujeres al frente de la ONG Coopera Congo y del Centro de Rehabilitación; además Albert Espelt, ganador del Goya a mejor dirección de producción por la película Mediterráneo, que refleja la labor que realiza Open Arms rescatando a personas migrantes en el mar, dedicó su premio para “que el Mediterráneo deje de ser una fosa común”.
Por su parte, la realizadora Sahraa Karimi, primera mujer que llegó a ocupar la presidencia de la agencia pública del cine en Afganistán y que tuvo que abandonar el país con los talibanes, pidió “por favor” al cine español que “no reconozca el régimen Talibán” instaurado por este movimiento.
“Amor incondicional” por Juan María Jáuregui
En la categoría de mejor actriz se lo llevó Blanca Portillo por su papel protagónico en Maixabel, de Icíar Bollaín. En su discurso Portillo declaró su “amor incondicional” por Juan María Jáuregui, político vasco del PSE asesinado por ETA. “Él es el auténtico protagonista de esta película, él y todos los que se fueron de forma “absolutamente injusta”, dijo.
Previamente, Portillo había declarado su “amor incondicional” a la mujer a la que interpreta, Maixabel viuda de Jáuregui, “por hacer de este mundo un lugar mejor”.
“La otra mujer es un monumento al amor, a la generosidad y a la empatía, declaro mi amor incondicional por Maixabel Lasa, por poner luz en el mundo, por hacer de éste un lugar mejor, por luchar por ello, por no rendirte nunca y ser tan bonita como eres”, subrayó Portillo, tras recoger el premio.
Por su parte La cordillera de los sueños, del realizador chileno Patricio Guzmán, se consagró como la mejor película iberoamericana, mientras el premio para la mejor cinta europea fue a Druk (Otra ronda).
“Ha dedicado medio siglo a contar la insólita historia de un país como Chile”, afirmó la portavoz de Guzmán sobre el escenario del Palau de las Arts de Valencia. “Es un premio a su trayectoria, es un galardón también al documental (…) y, sobre todo, es un trofeo al regalo que Patricio ha querido hacer siempre a Chile: que el país no olvide”.
Que El buen patrón no iba a tener la gran noche que presagiaban muchas quinielas quedó patente en la categoría de actor de reparto, en la que tres de sus actores –Celso Bugallo, Fernando Arbizu y Manolo Solo– optaban a un “cabezón”, como se le llama a la estatuilla. Lo obtuvo el único actor ajeno a la cinta, Urko Olazábal, curtido en el teatro y profesor de otros actores, por Maixabel.
El Goya a la mejor actriz de reparto fue para Nora Navas, quien sumó su segunda estatuilla en una terna dominada por sus compañeras en Madres paralelas, por su papel de madre de una adolescente en Libertad. La directora de esta cinta, Clara Roquet se llevó el de mejor dirección novel.
Las leyes de la frontera dio la sorpresa al conseguir cinco de los seis premios a los que optaba, incluyendo el de actor revelación para Chechu Salgado.
La película de Daniel Monzón, basada en una novela homónima de Javier Cercas, narra las peripecias de Gafitas, Tere y el Zarco, tres delincuentes adolescentes, y sus robos en el verano de 1978 en Girona, en el noreste de España. Se llevó además los premios a mejor guion adaptado (del director y Jorge Guerricaechevarría), mejor diseño de vestuario, dirección artística y maquillaje y peluquería.
El premio a la actriz revelación fue para María Cerezuela por Maixabel. La película cuenta el rencuentro entre Maixabel Lasa y el asesino de su esposo, de ETA. Cerezuela le dedicó su Goya a María Jáuregui, la hija de la protagonista, a quien encarna en el filme.
Cate Blanchett, invitada de honor en la gran noche del cine español como primera destinataria del Goya Internacional de la Academia de Cine, recibió el honor de manos de Penélope Cruz y Pedro Almodóvar, con quien comenzará a rodar una película próximamente.
“Gracias, es todo lo que puedo decir (en español), pero trabajar con Pedro quizás va a mejorar mi nivel de español”, dijo la laureada actriz australiana, quien elogió la rica cultura cinematográfica española, “con una influencia que llega a todo el mundo”.
En la escuela secundaria, una cinta del director Luis Buñuel “cambió mi forma de ver el mundo y desde entonces me atrae mucho el lenguaje audiovisual español”, contó.
En una referencia a las dificultades que ha atravesado la industria del cine debido a la pandemia, Blanchett mencionó sentirse “muy orgullosa por lo que hemos creado como sector. Hemos encontrado una forma creativa de seguir avanzando”.
Una de las actuaciones musicales más aplaudidas de la llamada gala del rencuentro, tanto con el público como con los actores tras su ausencia obligada el año pasado, fue la de Joaquín Sabina quien, acompañado por Leiva en la guitarra, interpretó Tan joven y tan viejo en el día de su 73 cumpleaños.
La actriz Verónica Echegui, quien acumulaba cuatro nominaciones como actriz, conquistó su primer Goya desde el otro lado, como directora de Totem Loba, elegido mejor corto de ficción, una historia basada en una situación que vivió cuando era joven. Aprovechó el momento para recomendar el visionado de su obra al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, quien encabezaba la representación institucional en la ceremonia.