Madrid. Nominados esta semana a los Óscar, Javier Bardem y Penélope Cruz se preparan para brillar el sábado en los Premios Goya del cine español, donde él compite como mejor actor por su trabajo en la principal candidata, El buen patrón; y ella por su papel protagónico en Madres paralelas de Pedro Almodóvar.
Como si de un galardón más para Básculas Blanco se tratase, el equipo de El buen patrón tendrá una cita histórica con los Goya: la película de Fernando León de Aranoa llega a la 36 edición de los galardones con un récord de 20 candidaturas.
Sin embargo, la sátira sobre el mundo empresarial no podrá rebasar los 16 “cabezones”, ya que muchos de sus actores se enfrentan en las mismas categorías.
Bardem, quien se mete en la piel de Julio Blanco y hace todo lo posible para que su negocio familiar luzca impoluto antes de la concesión de un premio a la excelencia, está en un momento especialmente dulce. El ganador de un Óscar al mejor actor de reparto recibió esta semana su cuarta nominación al Premio de la Academia a mejor actor por su interpretación del actor y productor cubano Desi Arnaz en Being the Ricardos (Ser los Ricardo).
Cruz, su esposa y otra gran representante del cine patrio, laureada con un Óscar, también recibió su cuarta nominación por su interpretación de una madre soltera cuya hija es cambiada en el hospital al nacer en el más reciente drama de Almodóvar. Ya había optado al Premio de la Academia a la mejor actriz por otra película del director manchego: Volver.
“Si estoy nominada hoy es cien por cien por él, por la maravilla que ha escrito, por cómo me ha dirigido, por estar ahí sin perder un detalle, sintiéndolo todo, acompañándonos en todo, sin bajar nunca la guardia, esperando lo mismo de nosotros. Todo es por él”, dijo Cruz tras conocer su nominación.
“Lo difícil era llegar hasta aquí, lo otro ya, en mi caso, es imposible. En ella (Cruz) tengo mis esperanzas”, afirmó Bardem.
Pero a un mes de esa cita, Bardem tratará de sumar el sábado el que sería su sexto Goya como actor protagonista frente a Javier Gutiérrez (La hija), Eduard Fernández (Mediterráneo) y Luis Tosar (Maixabel).
Además, sus compañeros Celso Bugallo, Fernando Albizu y Manolo Solo optan al Goya al mejor actor de reparto; y Óscar de la Fuente y Tarik Rmili al de actor revelación.
Entre las actrices dominan las de Madres paralelas, con tres de las ocho candidaturas de la película para ellas. Además de Cruz, que compite por el premio a la mejor actriz con Blanca Portillo (Maixabel), Emma Suárez (Josefina) y Petra Martínez (La vida era eso), aspiran al Goya a la mejor actriz de reparto Aitana Sánchez-Gijón y Milena Smith.
La lista de favoritas en la gran noche del cine español la completan Libertad, la ópera prima de Clara Roquet sobre la amistad, el paso a la edad adulta y la lucha de clases que le ha valido una nominación a mejor dirección novel; Maixabel, sobre el encuentro entre la viuda de una víctima de ETA y su verdugo, de Icíar Bollaín, y Mediterráneo, que cuenta cómo Óscar Camps y su ONG Open Arms comenzaron a rescatar a migrantes en las costas griegas en pleno apogeo de la crisis migratoria en 2015 en el Mediterráneo oriental.
Éstas, junto con El buen patrón y Madres paralelas, se disputan el premio a la mejor película del año, mientras que Bollaín, Almodóvar, León de Aranoa y Manuel Martín Cuenca (La hija) intentarán llevarse el de mejor director.
Goya de honor
Una de las novedades de la gala, a celebrarse con público luego de que la pandemia lo impidió el año pasado, será la entrega del Goya Internacional, que tendrá como primera destinataria a la actriz australiana Cate Blanchett. La academia anunció la semana pasada la creación del galardón, similar a los que se entregan en festivales de gran tradición como el de San Sebastián, para reconocer a “personalidades que contribuyen al cine como arte que une culturas y espectadores de todo el mundo”.
Blanchett, que tiene dos Óscar y ha trabajado con los directores mexicanos Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, rodará próximamente con Almodóvar.
El otro premio conocido de la noche es el Goya de Honor, que recibirá José Sacristán tras más de 60 años de carrera en cine, teatro y televisión. En la pantalla grande debutó en 1965 en La ciudad no es para mí, un relato costumbrista de la España de dictadura, y desde entonces ha participado en más de 110 filmes.
“Lo mejor que me está pasando es poder compartir, discutir, cabrearme con los jóvenes, (…) comprobar cómo las variantes entre aquellos tiempos y estos son de tipo técnico o mecánico pero las constantes son las mismas, que es básicamente el amor a este trabajo puñetero y el querer contar historias”, afirmó el actor de 84 años en un encuentro reciente organizado por la academia.
“Pobre de aquel que en este oficio piense que ya lo sabe todo, este es un aprendizaje permanente“, añadió Sacristán, que en 2013 ganó el Goya al mejor actor por El muerto y ser feliz.
Por el “cabezón” a la mejor película iberoamericana compiten la peruana Canción sin nombre, donde Melina León narra la búsqueda desesperada de una madre de su bebé recién nacido en la tumultuosa década de 1980; la chilena La cordillera de los sueños, de Patricio Guzmán; la argentina Las siamesas de Paula Hernández, sobre la relación entre una madre y su hija, y la mexicana Los lobos de Samuel Kishi, que retrata la vida de dos niños en el motel donde viven tras emigrar con su madre a Albuquerque, Nuevo México, en Estados Unidos.
El retorno: la vida después del ISIS, Héroes: Silencio y Rock & Roll, Quién lo impide y Un blues para Teherán se disputarán el Goya a la mejor película documental, mientras que Gora automatikoa, Mironins, Salvar el árbol (Zutik!) y Valentina optan al de mejor cinta animada.
La gala de entrega de los Premios Goya, que por primera vez no tendrá un maestro de ceremonias sino distintos conductores, se celebrará en el Palau de las Arts de Valencia con motivo de la clausura del Año Berlanga, que conmemora el centenario del nacimiento del cineasta y guionista Luis García Berlanga, responsable de clásicos del cine español como Bienvenido, Míster Marshall, Plácido y El verdugo.