El retiro que hizo Petróleos Mexicanos (Pemex) de la inversión en la petrolera española Repsol en 2014 causó un detrimento de 55 millones de euros –unos mil 200 millones de pesos a valor actual– para las finanzas de la petrolera en el sexenio de Enrique Peña Nieto, según cifras oficiales, pero también la dejó sin acceso a nueva tecnología.
Durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, la petrolera mexicana, a través de su filial PMI Holding –establecida en Amsterdam– adquirió en 2011, en una operación opaca, acciones de Repsol, aunque la medida fue considerada como una inversión estratégica y el primer paso para la internacionalización de Pemex.
Tres años más tarde, la empresa dirigida en ese entonces por Emilio Lozoya Austin decidió vender 7.86 por ciento –del casi 10 por ciento que tenía– de su capital en la petrolera española.
La decisión fue aprobada por el consejo de administración de la petrolera, el cual era encabezado por el titular de la Secretaría de Energía (Sener), Pedro Joaquín Coldwell, en la sesión del 3 de junio de 2014.
De acuerdo con la administración de Pemex, en la pasada administración el precio por cada acción comprada en la operación de 2011 fue de 19.95 euros, pero informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señalaron que fue de 20.14 euros.
Pemex no sólo no obtuvo acceso a tecnología para la exploración en aguas profundas, sino que las pérdidas habrían alcanzado hasta 55 millones de euros, aunque Lozoya Austin negó en su momento el revés de recursos.
La historia entre Repsol y Pemex surgió en 1979, cuando la empresa mexicana fue invitada por Petróleos del Norte (Petronor), filial de Repsol, a ser accionista.
Durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, Pemex se hizo de 15 millones de acciones de Repsol, monto que representó casi 5 por ciento del capital social.
En 2011 la estatal mexicana se comprometió a adquirir otro 5 por ciento de los títulos, pues se alió con la constructora Sacyr Vallehermoso para tomar decisiones en conjunto en el consejo de administración de Repsol para controlar 30 por ciento de las acciones.
Lozoya Austin señaló en junio de 2014 que la decisión de desinvertir en Repsol se debió a la baja rentabilidad de las acciones obtenida por la administración de ese entonces frente a otras petroleras.
En ese momento agregó que también obedeció a las diferencias entre Pemex y Repsol por las prácticas de gobierno corporativo y a que no se materializaron los beneficios mutuos que la petrolera mexicana esperaba de la alianza industrial firmada con la española.
El funcionario en ese tiempo aseguró que no se emprendería acciones legales contra Juan José Suárez Coppel, director general de la empresa estatal en el gobierno de Calderón Hinojosa, señalado de ser el responsable de invertir y capitalizar a Repsol en 2011.
Actualmente, Pemex sólo posee 1.69 por ciento de las acciones de la petrolera española.
En junio del año pasado, en España, se informó que Repsol y la entidad financiera CaixaBank eran investigadas por los delitos de cohecho y revelación de secretos por el espionaje ilegal que crearon para impedir una operación empresarial entre 2011 y 2012, relacionada con la alianza entre Pemex y Sacyr Vallehermoso.
De acuerdo con las autoridades de España el comisario José Manuel Villarejo fue el encargado de realizar espionaje al presidente de Sacyr, Luis del Rivero, así como a directivos de la petrolera mexicana.
En días recientes, la Audiencia Nacional de España volvió a imputar a Repsol, al presidente de la petrolera Antonio Brufau, a Caixa y al ex presidente de la entidad financiera Isidro Fainé, por el mismo caso.